Agentes manipularon la escena del crimen
La Comisión de Derechos Humanos en el Estado de Coahuila (CDHEC) informó que tras los hechos registrados, donde un migrante fue asesinado por un elemento de seguridad en Saltillo, se ha estimado que el pago de reparación de daños alcance más de un millón de pesos; cifra que deberá ser absorbida por el Gobierno del estado.
De acuerdo al presidente de la comisión, Hugo Morales, la cantidad que se estima es de un millón y medio de pesos, e indicó que se ha tenido contacto con las víctimas indirectas, las cuales ya han presentado una denuncia por homicidio en grado de tentativa.
"A partir de los hechos recientes se generará un informe que estará puesto a disposición de los medios de comunicación, en donde se evidenciará si se cumplieron o no con los protocolos", dijo.
Lo anterior, en base a la reciente Ley de Uso de la Fuerza.
Tras efectuarse la vinculación a proceso contra el elemento Juan Carlos (N), por el homicidio del migrante hondureño, fue acreditado que cuando ocurrieron los hechos, los elementos manipularon la escena del crimen para culpar a la víctima.
La mañana de ayer se celebró la audiencia de vinculación a proceso en el Centro de Justicia Penal en Saltillo, bajo la causa penal 1518/2019.
Con 23 años de edad, Juan Carlos, elemento del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Fiscalía General del Estado (FGE), fue vinculado por el delito de homicidio calificado con ventaja contra el hondureño Marco Tulio.
Tras el desarrollo de la audiencia, la defensa solicitó ante la juez de control, Lilia Verónica Sánchez, la no vinculación a proceso, al asegurar que los hechos habían ocurrido a las cinco de la tarde del 31 de julio y no en la noche como era asegurado.
No obstante, al no comprobarse lo anterior, la petición fue rechazada por la juez.
De acuerdo a testigos y migrantes que acompañaban a Marco Tulio, fue a las ocho de la noche cuando varios elementos arribaron al lugar, esto mientras se encontraban descansando en la vías del tren.
Trascendió que los agentes iniciaron una persecución contra cuatro de los migrantes, donde además fueron accionadas armas de fuego.
Entre estos migrantes se encontraba Marco Tulio y su hija de ocho años de edad.
Los testigos coincidieron en que Marcó Tulio fue herido por un arma de fuego mientras intentaba escapar, por lo que cayó al suelo.
Por otro lado, la defensa del imputado intentó justificar la acción por la vía de la legítima defensa.
No obstante, la juez desechó el argumento, al asegurar que Juan Carlos no era un civil, sino al contrario, un elemento capacitado en un nivel especializado.
Además de ello, resaltó que el elemento no agotó los demás medios para realizar sus tareas y contrario a ello hizo uso de la medida extrema, es decir el uso de un arma.
LLÉVATE A MI HIJA: ÚLTIMO CLAMOR DEL MIGRANTE
Tras darse a conocer que el migrante cayó al piso, al ser impactado por un arma de fuego, fue revelado que antes de morir, utilizó sus últimas palabras para pedir que se llevarán a su hija y la pusieran a salvo.
De acuerdo al relató de los demás migrantes, que fueron testigos, fue cuando Marco Tulio cayó al piso que pidió ayuda y una mujer migrante soltó su mochila para regresar con él y llevarse a la niña.
La mujer llevaba además a su hija, por lo que huyó para esconderse.
Aunque no se aclaró si el migrante fue atacado por su espalda, se determinó que falleció, tras sufrir un shock hipovolémico, al presentar un impacto de bala que entró por su glúteo izquierdo.
El casquillo correspondió a un arma larga AR 15 calibre .223, la cual coincidió con el arma de Juan Carlos.
Marco Tulio solo logró suspirar dos ocasiones antes de fallecer instantáneamente.