EDITORIAL

Reino dividido

ARCHIVO ADJUNTO

LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

Los efectos del conflicto entre el Gobierno federal y el Gobierno de Chihuahua, por la entrega de aguas del Río Conchos, al cumplimiento del tratado celebrado con los Estados Unidos en 1944, contamina la vida pública nacional, en perjuicio específico de los ciudadanos de dicho Estado. Un lamentable efecto secundario del enfrentamiento, es la ruptura de la colaboración entre ambos niveles de gobierno en materia de seguridad, que tiene su origen en la participación de la Guardia Nacional al enfrentar la resistencia de los agricultores, cuando se abrieron las compuertas de la presa La Boquilla.

Nada justifica la pérdida del contacto ni la falta de colaboración en materia de seguridad pública entre autoridades federales y estatales, y si bien ambas partes se acusan mutuamente, lo primero que procede es tratar el tema de las aguas de referencia por separado y por aparte de las operaciones ordinarias en materia de seguridad. En la especie se ha hecho una insana revoltura del problema del agua con la seguridad, debido al mal desempeño de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en la atención del problema, cuyo fracaso hizo rodar las cabezas de nada menos seis subdirectores del organismo, arrasando una estructura humana que habrá que reconstruir, desde la emergencia y la improvisación.

Es inútil repartir culpas porque el pueblo de Chihuahua será el último juez al respecto, pero partiendo del principio según el cual "para que exista un pleito se necesitan dos", es pertinente afirmar que el esfuerzo de conciliación es responsabilidad de ambas partes por igual es decir, de los niveles Federal y Estatal de gobierno, y que ningún objetivo partidista o electoral de corto plazo, justifica el descuido de la seguridad pública. Lo anterior porque la experiencia en materia de combate al crimen organizado, nos ha enseñado que la única forma de enfrentar dicho flagelo de manera eficaz, es en estrecha unidad por medio de la actividad coordinada de los tres niveles de gobierno.

La aportación de agua en cumplimiento del tratado internacional aunado a la sequía que azota a Chihuahua, hace prever la inviabilidad del ciclo agrícola del año próximo en el valle del Río Conchos, por lo que al problema económico que lo anterior plantea, habrá que agregar el riesgo de un repunte en la inseguridad, en agravio de la población del Estado. Es indispensable atender ambas cuestiones en coordinación por parte de los diversos niveles de gobierno, porque los chihuahuenses no merecen ser rehenes de los intereses políticos que subyacen en el fondo.

Por otra parte, es un hecho que la función operativa del Secretario de Seguridad Alfonso Durazo Montaño se ha reducido a una presencia marginal, y resulta obvio encontrar la causa, en la distracción de dicho personaje en su búsqueda de la candidatura a la gubernatura del Estado de Sonora, por el Partido Morena. A casos como el de Alfonso Durazo, parecen ir dirigidas las declaraciones de López Obrador hechas el fin de semana, en el sentido de que los interesados en otros horizontes políticos, de cara a las elecciones del año entrante, deben abandonar sus puestos en el gabinete presidencial y dejar que otros hagan el trabajo.

El que Durazo logre la candidatura que busca, dejando tras de sí y sin resolver el conflicto cuyo comentario nos ocupa, no le augura nada bueno al aspirante ni eventualmente a su partido. En efecto, Sonora es un Estado que además de la vecindad física con Chihuahua y la condición fronteriza de ambas entidades, tienen en común que sus respectivos pueblos comparten un sentimiento de lejanía con la federación, por cuestiones no solo geográficas, sino propias del temperamento de cada sociedad local y de su respectiva desconfianza ancestral, respecto al gobierno central.

La democracia es un sistema en el que la convivencia en la pluralidad es posible y bajo ese principio, debe imponerse la razón por encima de los intereses políticos de corto plazo. En cuanto al riesgo que plantea la falta de coordinación de los diversos niveles de gobierno, en el combate a la delincuencia ocasional u organizada, en Chihuahua y en todo el país debe prevalecer el bien común bajo la premisa de que todos somos mexicanos, y atender la Palabra que enseña que: "Todo reino dividido contra sí mismo, será asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá" (Mateo 12:25.).

Escrito en: niveles, ambas, materia, gobierno,

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas