Monclova

Consumo de tabaco y alcohol aumenta riesgo de hemorragia cerebral: IMSS

El 80% de los casos que llegan a sobrevivir a un EVC queda con algún grado de invalidez

Consumo de tabaco y alcohol aumenta riesgo de hemorragia cerebral: IMSS

Consumo de tabaco y alcohol aumenta riesgo de hemorragia cerebral: IMSS

JOEL BARRERA

La enfermedad vascular cerebral (EVC), o hemorragia cerebral, que revela muy pocos síntomas, entre éstos intenso dolor de cabeza, acompañada de náuseas y vómito, presenta una alta incidencia en la población, por lo que se recomienda llevar un estilo de vida saludable.

El jefe de Medicina Interna del Hospital General de Zona No. 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Carlos Garcia Ferandez, señala que este es un padecimiento que significa una emergencia médica y sus secuelas dependerán de la ubicación en la lesión del cerebro.

Las estadísticas señalan que los pacientes que llegan a sobrevivir a un EVC, en el 80 por ciento de los casos quedan con diverso grado de invalidez o déficit neurológico, que va desde alteraciones en el habla, debilidad muscular, parálisis de una parte del cuerpo y pérdida visual sensitiva, entre otros.

El especialista señala que las personas que padecen diabetes, hipertensión, obesidad y que tienen adicción al tabaco y al alcohol son quienes tienen hasta cinco veces más probabilidades de sufrir una enfermedad vascular cerebral (EVC).

Son pocos los síntomas que pueden indicar la presencia de un padecimiento de este tipo, que usualmente es silencioso, y se manifiesta cuando ya se tiene la lesión. El único signo de alarma que suele presentarse es un intenso dolor de cabeza, que se acompaña de náuseas y vómitos y, en ocasiones, hay pérdida del estado de alerta.

Los altos índices de colesterol y triglicéridos favorecen la formación de placas de grasa al interior de las venas y el endurecimiento de las mismas, lo que origina una mala circulación de los vasos del cerebro.

La mayor parte de los casos se presentan en personas de 65 años en adelante, aunque hay registro de que el daño cerebral puede ocurrir a cualquier edad y se considera que cada vez es mayor el número de adultos jóvenes que están en riesgo, principalmente por la exposición al intenso tabaquismo, a la obesidad y al sedentarismo, situaciones que favorecen notablemente la aparición de diabetes mellitus e hipertensión arterial.

Como prevención es recomendable la realización periódica para valorar los niveles de azúcar y lípidos (colesterol y triglicéridos), así como de la presión arterial a partir de los 25 años de edad, sobre todo si se trata de una persona que padece obesidad, sedentarismo, tiene la adicción al tabaco, y si en la familia existen antecedentes de algún familiar con daño cerebral.

Otra de las medidas fundamentales es mantener el peso ideal, hacer ejercicio sistemático, disminuir el consumo de grasas de origen animal y evitar la comida chatarra.

Escrito en: consumo de alcohol IMSS intenso, cerebral, enfermedad, pérdida

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