Torreón

'Somos papás normales'

LUIS Y MIGUEL TIENEN 11 AÑOS COMO PAREJA Y EDUCAN A SU HIJO, JUNTO CON PAOLA, SU MADRE

'Somos papás normales'

'Somos papás normales'

EDITH GONZÁLEZ

Cuando "Santiago" nació, en la sala de parto lo esperaban con mucho amor sus dos padres, Luis y Miguel, además de su madre Paola.

Los tres pertenecen a la comunidad gay en donde tener un hijo o hija todavía es motivo de discriminación por parte de algunos sectores de la sociedad. Afortunadamente no ha sido el caso, pero no lo descartan.

Luis y Miguel tienen 11 años como pareja y Paola desde hace tiempo es amiga de ambos.

En una plática cualquiera, fue Luis quien le planteó a ella la posibilidad de convertirse en padres, pues si bien tenía la ilusión de tener un hijo, siempre quiso que la madre estuviera cerca. En ese momento Paola no se sentía preparada, por lo que la respuesta debió esperar dos años.

Cuando ella dio el "sí" faltaba alguien más de convencer. "Miguel como que pensaba más con la cabeza fría, él se preguntaba ¿cómo le vamos a hacer? y para nosotros era más la ilusión que teníamos", dice Luis.

"Estás muy cómodo con tu tiempo, pensar que te vas a hacer responsable de alguien más, que tu tiempo va a ser para esa persona (...) al final acepté", platica Miguel.

La inseminación asistida fue la primera opción. Estuvieron dos años en tratamiento sin obtener resultados, por lo que decidieron optar por la inseminación In Vitro. Luis fue el donante.

"Con al inseminación fueron una serie de procedimientos, inyecciones, tratamientos, preparar el cuerpo para que esté listo ese momento. Lo hicimos todo en Monterrey, fuimos dos veces y después de la última vez que fuimos nos dijeron que estábamos embarazados", dice Paola.

Continúa: "No me sentía nada nerviosa, creo que era el momento justo, tuve un embarazo tranquilo, ni un antojo, ni vómitos, ni nada".

Las familias de cada uno aceptaron con gusto la decisión tomada y la llegada del nuevo miembro.

Miguel y Luis estaban siempre pendientes de la evolución del embarazo de Paola. A los chequeos ginecológicos iban los tres y al salir, aprovechaban para ir al cine.

Una semana antes de la fecha programada para el nacimiento de su hijo, al cual llamaremos "Santiago", en la última revisión la ginecóloga les dijo que había llegado el momento, debido a que había disminuido el líquido amniótico.

De inmediato se trasladaron al hospital donde esperaban ansiosos la llegada del bebé. La doctora sabía la situación y con una "mentira" ambos tuvieron la oportunidad de acompañar a Paola a recibir a Santiago.

"Fue algo hermoso, te cambia la visión de todo, al fin lo puedes ver y tocar, saber que está bien", cuentan emocionados.

Los primeros seis meses "Santiago" no se separó de Paola. Durante los fines de semana, ya fuera en la casa de ella o de ellos, los tres dormían cerca del niño.

A dos años de su nacimiento, Paola convive cuatro días con "Santiago", mientras que Miguel y Luis se quedan con él los días restantes. El niño va a la guardería porque todos trabajan en sus distintas profesiones. Cuando se queda en casa de la mamá, ella lo lleva a la guardería y cuando está con la pareja, es Luis el que se encarga de trasladarlo. Siempre pasa por él Miguel, por ser quien sale más temprano del trabajo.

Los sábados se reúnen los cuatro para convivir; se van a comer, van a fiestas infantiles, al parque y demás lugares apropiados para los niños, como cualquier otra familia.

En estos dos años sus compañeros y amigos, así como sus familiares los han apoyado y gracias a esto no se han sentido discriminados. Mientras tanto "Santiago" ve con naturalidad la dinámica familiar que lleva. No sólo tiene dos padres y una madre, también tiene dos familias paternas y una materna.

Paola, Luis y Miguel, creen que en algún momento su hijo puede ser discriminado, pues mientras su círculo social y familiar muestra apoyo y respeto, todavía existen estigmas en la sociedad sobre estos nuevos modelos de familia.

"Va a llegar el día que alguien le va a preguntar ¿por qué tiene dos papás. En México ya no son familias tradicionales, está la abuela que cría a los nietos, las mamás solteras, los papás solteros, poco a poco la sociedad se da cuenta de que hay más tipos de familias, incluso de parejas gays?", dice Miguel.

Continúa Luis: "Aquí no falta amor para el niño, es un niño muy deseado, planeado, amado, yo creo que eso se va a reflejar en él, la atención que le damos, el cuidado que tenemos con él y la educación que le vamos a dar, yo creo que esa va a ser su defensa hacia la gente, van a ver que es un niño normal que no va a ver un trastorno o problema en él, al contrario, el va a demostrar que tiene mucho amor por parte de sus papás, su mamá y su familia".

Los tres coinciden en que no son los niños y niñas con familias como la que ellos conforman, quienes debieran prepararse para enfrentar a la sociedad, sino ésta para aceptarlos, tratarlos y respetarlos como lo que son: seres humanos.

"A la gente le pedimos tolerancia, respeto que acepten que los tiempos están cambiando, que no es como antes, es un niño muy deseado y lo van a ver como cualquier otro, no porque tenga una familia diferente a lo común, sea distinto", dice Paola.

"No sólo 'Santiago' es un niño normal, nosotros también somos papás normales, como cualquier papá que tiene niño nos pasa igual que al resto, queremos cuidarlo, lo alimentamos, acabamos el día súper cansados, tratamos de darle una buena educación, que tenga valores, que sea respetuoso, lo mismo que queremos de la demás gente, queremos que 'Santiago' dé, que sea respetuoso" comenta la pareja.

El objetivo para los tres es el mismo, que "Santiago" viva una vida feliz.

CREENCIAS

El rechazo de las familias homoparentales o lesbomaternales viene especialmente de los grupos conservadores que argumentan afectaciones negativas en los niños y niñas. Creen que educarán a futuros homosexuales o lesbianas, como si esto fuera algo negativo o se tratara de una enfermedad. Sin embargo, científicamente esto no ha sido probado y por el contrario, es el daño que causa la sociedad con sus prejuicios, bullying y exclusión, quienes pueden afectar física y emocionalmente a los menores, según el psicólogo y catedrático de la UA de C, Roberto López Franco.

"A nivel emocional el niño experimenta cambios y consecuencias, debido no a la presencia de un papá y otro papá o de una mamá y otra mamá, las consecuencias emocionales se derivan del choque que se da al salir el niño de la familia, a la comunidad y de la comunidad al ámbito escolar más amplio, ahí es donde viene el choque. Es una consecuencia de que en el mundo real suele haber bullying, rechazo, discriminación, exclusión y sobre todo suele haber mucha homofobia en un país como el nuestro y sobre todo, en una región como la nuestra".

Explica que para efectos de identidad, de estructura psicológica y desarrollo de la personalidad, las mujeres van a ser más significativas que los hombres. En el caso de las familias conformadas por dos hombres y el hijo o la hija, el ambiente sociocultural en el que se desarrolle; comunidad, escuela, iglesia, es donde puede adoptar las conductas.

"Mucho del contacto de este niño va a ser con las figuras femeninas, cuando llegue a la preparatoria va a traer una identidad psicológica, su impulso sexual se va a determinar en gran parte por el contacto que tenga con las mujeres y hombres de la secundaria, preparatoria y la universidad". Además del ambiente sociocultural, existe otro factor que influye: el biológico.

"Vivir con dos hombres homosexuales o dos mujeres lésbicas no implica que el niño o la niña van a adoptar de inmediato la postura homosexual, porque la otra condicionante que ya no es la sociocultural tiene que ver con la biológica. Si el cuerpo no responde satisfactoriamente a la caricia de otro hombre, quiere decir que mi cuerpo no va a responder a ese tipo de llamados", dice el psicólogo.

En 2008, académicos de la UNAM publicaron que la identidad sexual está incluida en la biología de cada ser humano antes del nacimiento. Esta brota de una variación en los cromosomas y está vinculada a los genes, lo que desestima que la homosexualidad y la transexualidad sean una opción.

"La homosexualidad, entendida como la inclinación erótico-afectiva por personas del mismo sexo, no es una patología. En el caso de la transexualidad, se nace con un cuerpo que no corresponde a la sensación emocional, física, psíquica, afectiva y psicológica", explicó la académica del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología, Selma González Serratos.

"Es una condición genética y cromosómica, es decir, ocurre al momento en que se fecunda el óvulo", dijo el psiquiatra y doctor en ciencias médicas, Rafael Salín Pascual.

Informaron que antes de la semana 14, se tiene un cerebro femenino, por las hormonas de la madre; a partir de ese momento, y si el producto tiene cromosomas XY, se produce testosterona, que bloquea esas sustancias.

Los circuitos neuronales se masculinizan, concretamente el hipotálamo, que se encuentra en la base del cerebro y tiene que ver con la regulación endocrina: la reproducción, la sexualidad, el apetito sexual y la temperatura corporal, entre otras.

Si se hace un cableado acorde al XY, se producirá un niño con cuerpo y conducta coherente a los cromosomas. "El género, desde ese punto de vista, es una combinación de la base biológica y la forma de crianza", precisó Salín Pascual.

Señala que existen varias teorías acerca de qué sucede cuando en el proceso de cambio hormonal la testosterona no surte efecto, porque se bloquea o es atacada por anticuerpos. Una de ellas es que nace un niño que se percibe a sí mismo como niña.

Según datos de la encuesta intercensal del Inegi 2015, en México existen 198 mil familias encabezadas por personas del mismo sexo que pueden ser: homoparentales (dos hombres); lesbomaternales (mujeres) y transgénero (integrado por personas transexuales o transgénero).

En Coahuila, en 2014 el gobierno consideró que las parejas del mismo sexo estaban listas para la adopción y legisló al respecto. Ahora la sociedad tiene el reto de brindar las mismas oportunidades a todas las personas sin etiquetas, ni prejuicios, para contribuir a un feliz desarrollo de estos niños y niñas.

A nivel emocional el niño experimenta cambios y consecuencias, debido no a la presencia de un papá y otro papá o de una mamá y otra mamá, las consecuencias emocionales se derivan del choque que se da al salir el niño de la familia, a la comunidad y de la comunidad al ámbito escolar más amplio, ahí es donde viene el choque”.

— ROBERTO LÓPEZ FRANCO, psicólogo y catedrático de la UA de C

37

AÑOS

Tenían Paola, Miguel y Luis cuando nació 'Santiago'.

AÑOS

Tiene 'Santiago', con dos papás y una mamá.

Escrito en: niño, tiene, Luis, familias

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