Joan Murray realizó un salto en caída libre, de esos en que el paracaídas no debe abrirse sino hasta cierta altura, pero cuando llegó el momento, hubo una falla y no se abrió.
El accidente pudo costarle la vida pero esta mujer de Carolina del Norte, Estados Unidos, sobrevivió gracias a 250 mil hormigas de fuego.
De acuerdo con el portal web Skydiving, esta historia sucedió en septiembre de 1999. Joan caía a 130 kilómetros por hora y cuando el paracaídas principal falló en abrir, ella cortó la cuerda intentando accionar el de emergencia.
Sólo le quedaban 200 metros para llegar a tierra y tuvo un aterrizaje forzoso. Parte de su cuerpo quedó destrozado pero entonces hormigas de fuego la picaron, lo que en realidad fue benéfico porque el veneno le salvó la vida a Murray.
Las más de 200 picaduras provocaron en el cuerpo de la mujer una descarga de adrenalina que mantuvo su corazón latiendo y el resto de sus órganos en funcionamiento.
Murray quedó en coma por dos semanas pero luego de esto fue despertada y se recuperó completamente. "He aprendido a tomarme tiempo para las cosas importantes de la vida. Digo 'te amo' y 'gracias' muchas más veces desde esa experiencia", cuenta ella.