Vinculan a proceso a pareja que llevaba en tambo cadáver de niña
La pareja integrada por Karla Magdalena y Rutilo, quienes fueron detenidos el pasado 20 de febrero en una comunidad del municipio de Acolman, cuando transportaba en un "diablito" el cuerpo de una niña de 4 años en el interior de un tambo, fueron a vinculados a proceso por un juez del distrito judicial de Texcoco por los delitos contra el respeto a los muertos, así como violación a las leyes de inhumación y exhumación.
Los imputados aún no son acusados por el delito de feminicidio, pero se espera que eso ocurra mientras estén en prisión preventiva como determinó este martes el magistrado que lleva el caso.
Durante la audiencia celebrada en una sala de los juzgados de Control y Juicios Orales del penal estatal "Molino de Flores de Texcoco" a donde fueron recluidos el viernes pasado, el agente del Ministerio Público acreditó que los dos acusados participarían en los delitos antes mencionados.
Al vincularlos a proceso el juez de la causa fijó un plazo de investigación de un mes y una medida cautelar de prisión preventiva, por lo que deberán permanecer en ese centro de reinserción social.
Karla Magdalena y Rutilo fueron detenidos por elementos del Grupo Táctico Operativo Tecámac (GTO) y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SS), en calles de la colonia El Paraíso, cuando transportaban el cuerpo sin vida de una menor de edad, escondido en un tambo de plástico.
La pareja aceptó que pretendían sepultar de manera clandestina el cuerpo de la pequeña, identificada como Jade, en un predio de esa comunidad, para lo cual llevaban consigo el día que los arrestaron una pala para cavar un hoyo.
Según las declaraciones de Karla Magdalena y Rutilo, Brenda, la madre de la niña se las dejó en su casa desde el 8 de enero porque ya no quería hacerse cargo de ella.
La pareja tampoco quería cuidarla, por lo que no le daban de comer y la dejaban dormir en el patio de su casa sin proporcionarle cobijas para que se tapara.
El 12 de febrero la niña murió de frío, de acuerdo a lo que contaron los dos a los miembros de las corporaciones mexiquenses.
Ocho días estuvo su cuerpo en el interior del tambo de plástico, color azul, al que le echaron cal y tierra para que no despidiera malos olores y despertara sospechas de los vecinos.
Cuando intentaron deshacerse del cadáver fueron descubiertos, detenidos y ahora enfrentarán un proceso en reclusión por ese caso.