EDITORIAL

Verdades y Rumores

Por el Agente 007

Los que vivieron en carne y hueso el tradicional Viacrucis del Cerro de las Noas, con todo y las inclemencias del drástico clima lagunero, fueron el gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme y su ahora inseparable subsecretario de Egresos Xavier Herrera, quien ya aseguran muchos es el perfil que alista el PRI para recuperar la alcaldía de Torreón en las próximas elecciones. Sin embargo, la lista de funcionarios estatales que optó mejor por irse a expiar sus culpas en la tranquilidad de una playa es larga; tanto que dejaron al jefe solo en uno de los eventos que durante años ha servido para hacer contacto con las bases priistas, al grado de que solo el exregidor tricolor Enrique Sarmiento y la síndica de vigilancia Dulce Pereda subieron al cerro, no a rezar propiamente dicho, sino a que el jefe los viera.En el caso de doña Dulce, algunos dicen que su afán de protagonismo con el gobernador es tal que incluso prefiere sacrificar sus vacaciones con tal de salir en la foto.

La que prefirió no asolearse mucho y evitar algunos reclamos del respetable por las deficiencias del servicio del Teleférico Torreón fue precisamente su directora, doña Verónica Soto, quien apareció ya en las últimas estaciones al lado del transporte público; y quien de plano llegó ya cuando todo había acabado fue María Eugenia Villarreal, presidenta de la Oficina de Convenciones y Visitantes de La Laguna, que no vaya a creer, estimado lector, que llegó preguntando por el evento religioso, que es ya un referente del turismo religioso del norte de México, sino por el gobernador, porque dicen, lo que verdaderamente la hizo darse la tremenda caminada al cerro no fue la fe, sino las ganas de salir en la foto. Este año otro de los atractivos del viacrucis fue el helicóptero del Gobierno del Estado cuyo piloto dio muestras de gran destreza, causando el asombro de la feligresía, pero no tanto por las piruetas que daba, sino más bien porque así debería operar pero en situaciones de seguridad, y no como atracción aérea. Hay quienes comentan que la mayoría de los funcionarios estatales prefirieron guardar energía para ir mejor a la procesión del silencio del Pueblo Mágico de Viesca, que cada año se ha vuelto más una pasarela de socialité que una tradición popular a pleno rayo del sol, como la del cerro.

Vaya “cruz” la que sigue cargando el alcalde de Torreón Jorge Zermeño Infante en su tercera gestión como primera autoridad. A su viacrucis ahora se suman los casos de abusos policiales que informó El Siglo de Torreón. Nuestros subagentes, disfrazados de cocos en alguna playa mexicana, nos cuentan que don Jorge se molestó mucho cuando salió el reportaje, y no tanto por lo que hicieron los muchachos de la corporación de Seguridad Pública, sino porque su equipo de comunicación no le informó a tiempo, y solo se echaron la bolita. El alcalde se enteró de que durante días se buscó darles voz a todas las partes involucradas, y por más intentos que se hicieron de encontrar al titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, don Primo Cervantes, este no quiso atender a la preguntona prensa, pese a la insistencia para que explicara la versión de la corporación pública. Pero como bien dice el refrán, ‘ya ahogado el niño…’. Tras la publicación, don Jorge se dirigió al “David Aguillón lagunero”... perdón, Antonio Zamarrón, quien tiene una robusta nómina, para reclamarle sobre lo sucedido, y este solo atinó a decir que sus subordinados en el área de la Policía no le habían informado. Queda claro que las buenas intenciones del alcalde Zermeño se quedan solo en eso: en intenciones, porque quienes debería ser los encargados de cumplirlas se esfuerzan más en hacerlo quedar mal que en trabajar por el buen nombre de su administración.

En Lerdo al parecer el PRI quiso asustar a doña María Luisa González Achem con el petate del muerto; que si la iban a expulsar del partido, que si se portó mal con el tricolor anteponiendo sus deseos a los del colectivo (como si esto fuera una novedad en la política regional), que si su hijo va en la segunda regiduría de Movimiento Ciudadano, que si tanta corrupción junta no cabe en una sola administración municipal... En fin, ofendidísimos andan en el institucional partido, donde, por cierto, ya hay quien ha levantado el dedo para señalar que quien formó parte de la actual administración, a la que le sobran adjetivos calificativos (eso sí, apenas unos meses antes de que se termine), es nada menos que su candidato, don Homero Martínez Cabrera, quien ocupó la nada despreciable posición de jefe de jefes en la tesorería municipal de la tan golpeteada administración municipal. Dicen los que saben que los partidos de oposición en Lerdo han estado más que entretenidos con el pleitazo que se traen don Homero y doña María Luisa, quienes en una de esas se andarían sacando todos los trapitos sucios, lo que los subagentes advierten que no sería de beneficio para ninguno de los dos, y es que pocas cosas puede hacer un presidente sin que su tesorero se dé cuenta, y pocas las que puede hacer el tesorero sin que el presidente se dé por enterado.

Una de esas cosas, dicen, sería nada menos que la perforación del pozo del ejido La Luz, pues aseguran las lenguas de doble filo que don Homero estaría detrás de la constructora Delfín, que se encarga desde hace una eternidad de los trabajos que al parecer no tienen para cuándo acabar, porque “olvidaron” hacer un estudio geológico que sale en más de cien mil pesillos. ¿Será? Claro está que si el mandamás de una administración se pelea con su encargado de finanzas o viceversa puede formarse una especie de ‘boomerang’. Sí, afable lector, aquella arma que de no impactar en el objetivo tras ser lanzada regresa a su punto de origen, y es que todo el berrinche del PRI por lo que llamaron un “capricho” de doña María Luisa es que presuntamente andaría la primera autoridad municipal apoyando a los candidatos, dicen, de otros partidos, e incluso a los independientes para sumarle votos al hijazo de su vidaza y, de pasada, restarle al PRI por no haberla tomado en cuenta en las primeras posiciones de las regidurías. Ante la impotencia los priistas apenas se estarían fijando en las deficiencias en los servicios públicos de Lerdo, cuando para algunas personas esto lleva más de tres años, solo que no eran épocas de campaña. Tan delicados ellos.

Escrito en: quien, solo, sino, doña

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas