EDITORIAL

La transformación pasa por el IMSS para llegar a Centroamérica

JULIO FAESLER

"Lamento la decisión, pero hay muchos que pueden llenar la misma función", dijo el señor presidente aparentemente sin darle mayor importancia a la renuncia de Germán Martínez a la dirección general del IMSS. Como si se tratara de sustituir un simple empleado. Para probar su punto, de inmediato nombró a Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación, como nuevo director.

Pero la dirección del IMSS no es un órgano más dentro de los cientos que componen el gobierno. Desde su fundación en 1943, el IMSS ha sido pieza fundamental e insustituible para el desarrollo nacional. Tan importante es cuidar por el abasto oportuno a buen precio de alimentos, como asegurar servicios médicos y medicinas a la población mexicana. Después vendrá proveer educación y las oportunidades de empleo además de consolidar las infraestructuras físicas y jurídicas necesarias.

Atender las necesidades nacionales, casi todas acentuadas por descuidos y negligencias pasadas, es la tarea que se ha impuesto López Obrador. Lo que hasta ahora ha faltado es orden. Fue benéfico el rudo despertar al desmadejado programa que la valentía de Germán Martínez provocó esta semana a través de su renuncia al IMSS. Si se entiende la lección podrá darse una reedición depurada de la Cuarta Transformación. Una vez más se le dice que es urgente reubicar sus acciones y enmendar sus errores dentro de una correcta priorización de medidas nacionales.

En cuanto al IMSS, cada una de las luces que saltan en el tablero conforman un vademécum para la depuración de la intricada red de intereses tripartitas convergentes y presiones externas que dejaron un organismo distorsionado, quebrado y endeudado que se agravarán con el drenaje de su patrimonio para alimentar proyectos externos al Instituto que son profundamente cuestionados. Ante esta perspectiva ni los cotizantes sindicales ni empresariales, han salido a defender sus aportaciones. Tampoco se atiende al cúmulo de responsabilidades civiles y penales resultantes de los abandonos y muertes atribuibles a las deficiencias del IMSS. La centralización de las adquisiciones recién instituida, no augura remedio alguno.

Es una feliz casualidad que la suerte del IMSS puesta en primera línea, coincidiera en estos días con la presentación de CEPAL de su programa económico y político para un eje Estados Unidos-México-Centro América. Cada uno de los capítulos del programa de Alicia Bárcena es una pieza pulida de experiencia y equilibrio económico y político. El concepto de integración regional México-Honduras, El Salvador y Guatemala abarca los temas de migración, economía y comercio, programas sociales y desarrollo sostenible. El Plan para el Desarrollo Integral es la respuesta a una serie de problemas que por ahora aterrizan en la incontenible corriente migratoria que encuentra en México la ruta más directa. El Plan CEPAL implica una inversión norteamericana de 10,600 millones de dólares distribuidos entre México y Centroamérica. Con ello, Estados Unidos espera que México le sirva de guardián en su frontera sur.

El que pueda llevarse a término el gran proyecto regional no solo depende de las inversiones multitudinarias que se aporten sino de que atendamos con programas eficientes inspirados en el respeto a los derechos humanos de los migrantes que llegan. De lo contrario, el aspecto social, el más cercano a las necesidades de cientos de miles de individuos, será el fracaso que el estado actual del IMSS exhibe.

El emblema del Instituto muestra que la fortaleza nacional comienza en la familia y el sistema de seguridad social es el elemento inicial para resolver las carencias sociales que ahora tendremos que atender con más frecuencia de los latinoamericanos, africanos y asiáticos que nos llegan del sur.

Lo que ha pasado con la renuncia de Martínez es el ejemplo más reciente de la necesidad que tenemos de individuos capaces de presentar su verdad con claridad y valor ante quien tenga la responsabilidad de escucharla. La debilidad o blandura o el colocar ante todo el interés personal o del negocio es lo que más ha dañado el avance de América Latina y de México. La Cuarta Transformación está todavía muy en ciernes.

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Escrito en: IMSS, Martínez, programa, ahora

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