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Medidas severas contra delitos saturan prisiones en Brasil

La promesa del año pasado de tomar medidas severas contra el crimen ayudó a Jair Bolsonaro a ganar la presidencia

Medidas severas contra delitos saturan prisiones en Brasil

Medidas severas contra delitos saturan prisiones en Brasil

AP

Después de otro estallido de violencia en una sobrepoblada prisión brasileña donde decenas de reclusos murieron, se prometieron más celdas y guardias a pesar de las advertencias de expertos de que la estrategia ha fallado durante décadas.

La promesa del año pasado de tomar medidas severas contra el crimen ayudó a Jair Bolsonaro a ganar la presidencia de Brasil, un país saturado de pandillas a las que se ha culpado de una serie de motines mortales en prisiones. Ningún país ha sufrido más homicidios en años recientes y sólo dos países -Estados Unidos y China- tienen más personas encarceladas.

“Nuestra preocupación y nuestra prioridad son las personas buenas”, tuiteó Bolsonaro durante su campaña. “Siempre he dicho: prefiero una prisión llena de criminales que un cementerio lleno de inocentes. ¡Si falta espacio, construiremos más!”.

El lunes, una pandilla en la prisión de Altamira en el norte de Brasil atacó a rivales al interior y prendió fuego a un bloque de celdas temporal. Funcionarios dicen que 58 personas fueron decapitadas o murieron asfixiadas por el fuego. Al parecer, cuatro personas más después fueron estranguladas por otros reclusos cuando los prisioneros eran transferidos a encierros supuestamente más seguros.

Los familiares de las víctimas se reunieron el jueves afuera de la morgue de Altamira por tercer día consecutivo con la esperanza de recuperar restos para el entierro. El instituto forense dijo que había liberado 27 cuerpos. Los otros 31 necesitan muestras de ADN para ser identificados o las familias no contaban con la documentación necesaria para recuperar sus cuerpos.

En respuesta al motín, funcionarios del estado de Pará juraron construir cinco prisiones nuevas para albergar a más de 2,000 reclusos, y el gobernador Helder Barbalho dijo que más de 1,000 nuevos agentes de seguridad patrullarán las prisiones.

Es una respuesta similar a la de otros brotes de violencia en prisiones.

“La verdad es que los legisladores brasileños desde mucho han respondido a la crisis de prisiones construyendo más prisiones, endureciendo las sanciones”, dijo Robert Muggah, cofundador del centro de investigación Igarape en Río de Janeiro. “La paradoja es que llenar las cárceles brasileñas no es sólo costoso e ineficiente, fortalece la mano del crimen organizado”.

Los reformistas se quejan de que las prisiones mal administradas básicamente sirven como escuelas para crímenes, obligando a menores a cooperar con los cárteles delictivos tras las rejas.

Brasil ya tiene más de 720,000 personas tras las rejas, según datos oficiales de 2017. El cálculo independiente más reciente es de una población encarcelada que supera los 800,000, más del triple que la cifra del año 2000.

El país sigue construyendo prisiones para seguir el ritmo de su siempre creciente población encarcelada. El departamento nacional de prisiones anunció recientemente que se crearían aproximadamente 20,000 nuevas celdas para finales del año, pero para julio de 2017 ya tenía una escasez de 302,758 celdas.

Las prisiones del estado de Pará tienen un sobrecupo de 8,600, así que el juramento de crear 2,000 celdas reducirá poco el problema.

Debido a la sobrepoblación, los guardias son superados en número y batallan para controlar a los reclusos, un hecho que constantemente se menciona como factor clave en los recurrentes motines y masacres en las prisiones de Brasil.

Escrito en: BRASIL prisiones motin prisiones, personas, celdas, prisión

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