EDITORIAL

Solo intereses: traicionar al pueblo kurdo, vieja tradición de EUA (I)

GABRIEL MOYSSEN

La situación de Medio Oriente dio otro giro dramático esta semana con el retiro parcial de Estados Unidos del noreste de Siria, abandonando a la milicia kurda que combatió a los extremistas islámicos y su largo sueño de independencia.

Haciendo a un lado la destitución del presidente Donald Trump, que ha dividido profundamente al espectro político estadounidense, republicanos y demócratas condenaron la acción; apenas horas después de que Trump y su colega turco Recep Tayyip Erdogan acordaron los términos del retiro, las primeras bombas de la aviación turca empezaron a caer sobre las rutas de suministro de las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas en la garita fronteriza de Semelka, entre Siria e Irak.

El miércoles, Erdogan anunció el inicio de la "Operación Primavera de Paz" (Operation Peace Spring), una invasión de Siria -similar a los ataques previos lanzados en la región en 2016 y 2018, también aprobados por Washington- para erradicar a las YPG y establecer un corredor de 30 a 40 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera turca, poblado por unos 850,000 árabes, kurdos y otros grupos.

Esta zona tapón, aunque diseñada oficialmente para permitir el regreso a su país de 3.6 millones de refugiados sirios en Turquía, en realidad serviría para la limpieza étnica de los kurdos y su reemplazo con turcomanos y yihadistas de otros países de Oriente Medio, del Cáucaso e incluso de China, de acuerdo con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), brazo político de las YPG.

La administración local kurda emitió un llamado de "movilización general" en toda la frontera, al tiempo que el comandante en jefe de las SDF, Mazlum Abdi, declaró que estudian "asociarse con el presidente sirio, Bashar el Assad, con el objetivo de enfrentar a las fuerzas turcas".

Esta no es la primera vez que la Casa Blanca traiciona las aspiraciones kurdas en el último siglo; a fin de entender las razones, es necesario remontarse en la historia.

Los kurdos son un grupo étnico iraní de cerca de 45 millones de personas distribuidas en Turquía, Siria, Irak e Irán.

Los tres primeros países integraron el Imperio Otomano; al colapsar en 1918 tras la Primera

Guerra Mundial, el Tratado de Sevres estipuló la partición de Anatolia (en la actual Turquía) para crear un Kurdistán independiente; en respuesta, nacionalistas turcos dirigidos por Mustafá Kemal Pasha (luego conocido como Kemal Ataturk) tomaron el control de Anatolia y el Tratado de Sevres nunca se aplicó.

En 1923, el Tratado de Lausana apoyado por Estados Unidos jó los límites actuales de la

República de Turquía, excepto las áreas en disputa de Mosul (ahora en Irak) y de Hatay (Turquía), pese a que Kurdistán fue una región reconocida por el Imperio Otomano; los independentistas kurdos ven a los dos tratados como símbolo de su tragedia nacional, de manera similar a la Declaración Balfour de 1917, que condujo al establecimiento de Israel en territorio palestino.

Escrito en: kurdos, Tratado, Turquía,, largo

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