Ciencia

Dos siglos después, la sangre de revolucionario francés da pistas sobre su salud

Sufría una enfermedad debilitante de la piel que sería dermatitis seborréica

Dos siglos después, la sangre de revolucionario francés da pistas sobre su salud

Dos siglos después, la sangre de revolucionario francés da pistas sobre su salud

EFE

Jean Paul Marat, el revolucionario francés asesinado en 1793 mientras leía en la bañera, sufría una enfermedad debilitante de la piel que sería dermatitis seborréica, según apuntan muestras de ADN sacadas de los folios manchados con su sangre tras ser apuñalado.

Un grupo internacional de expertos han analizado los restos genéticos sacados de esas hojas manchadas con la sangre de líder jacobino tras ser apuñalado por la joven girondina Charlotte Corday.

En el momento de su muerte Marat estaba tomando notas en el diario "El amigo del pueblo", del que era director, y aquellas hojas fueron conservadas por la hermana del también médico y científico.

Más de dos siglos después expertos españoles, franceses, suizos y británicos han extraído y secuenciado el ADN -tanto humano como no- conservado en aquellas páginas, lo que permitió la caracterización de su ascendencia e identificar los patógenos potenciales responsables de su enfermedad.

Con los diversos análisis y la evidencia disponible "consideramos la hipótesis de que Marat pudo haber sufrido una infección micótica primaria (dermatitis seborréica) superinfectada con patógenos bacterianos oportunistas", señala el equipo formado, entre otros, por expertos de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona.

Los expertos reconoce que los resultados no les permiten llegar "a un diagnóstico definitivo de la enfermedad de Marat", pero sí descartar varias hipótesis previas y aportar pruebas de que "podría haber estado sufriendo de una infección polimicrobiana avanzada, ya sea primaria o secundaria a otra enfermedad".

Los análisis recuperaron muestras de Malassezia restricta, un patógeno fúngico causante de dermatitis seborreica -trastorno de la piel que causa picazón, enrojecimiento de la piel y manchas- lo que anteriormente ya "se había planteado como una de las causas más plausibles de la enfermedad de Marat".

La salud del revolucionario en sus últimos años de vida "está envuelta en el misterio" indica el informe, en el que se recuerda que sufría una "grave" enfermedad de la piel que se manifestaba con picores, que intentaba aliviar en una bañera medicinal donde pasaba gran parte del tiempo.

Esa enfermedad, que se atribuyó al tiempo que pasó en las alcantarillas de París para esconderse de sus enemigos políticos, ha sido motivo de debates médicos sobre si era sífilis, sarna, eccema atópico, dermatitis seborréica, y se ha sugerido que le afectó al carácter y le volvió más violento, escriben los autores.

Los restos de Marat se perdieron tras ser sacados del Panteón de París en febrero de 1795, por lo que el papel manchado con su sangre representa probablemente el único material biológico disponible para estudiar tanto su ascendencia como la causa de su estado de piel.

El equipo destaca que las tecnologías de secuenciación de segunda generación han permitido la recuperación de genomas antiguos pertenecientes a personas que llevan mucho tiempo muertas, así como la lecturas de secuencias de ADN no humanas de los patógenos que les infectaron.

La recuperación del material genético de 1793 a partir de unas manchas de sangre en unas hojas de papel es, según los expertos, la más antigua que se ha logrado a partir de papel de celulosa, indica el informe recogido en el repositorio de textos científicos bioRxiv.

El análisis de ADN apoya además la heterogénea ascendencia del también científico y médico, cuya madre era de origen francés y su padre nacido en la isla de Cerdeña, aunque con más afinidad con la italia continental o España.

Escrito en: JEAN PAUL MARAT DERMATITIS SEBORRÉICA adn sangre, enfermedad, piel, expertos

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Ciencia

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Dos siglos después, la sangre de revolucionario francés da pistas sobre su salud