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DAVID HUERTA / LA MÚSICA DE LO QUE PASA

EL SIGLO DE TORREÓN

Sabemos que parte del estilo de David Huerta es su constante innovación por encontrar una nueva propuesta en el lenguaje que tanto admira, pues a pesar de tener 70 años, aún lo podemos considerar como un poeta joven. Es justamente su expresión fresca y experimental la que nos da la sensación de estar leyendo una voz nueva. La música de lo que pasa, publicado en 1997 es un ejemplo muy concreto de la frescura que nos ofrece Huerta. Aquí encontramos poemas que contemplan el mundo cotidiano desde una voz que indaga en las habitaciones, en la cocina o hasta en los vagones de la Ciudad de México, en los suburbios y en el cuerpo.

A lo largo de esta obra encontramos algunos referencias literarias y tributos a otros autores como Rainer Maria Rilke, y H.P. Lovecraft en el simpático poema de El monstruo en pantuflas, el poema homónimo del libro en donde enlista a varios personajes de la literatura y al Tigre, Eduardo Lizalde, en Sunday Blues, uno de los poemas más bellos que nos habla de la transición del día, la llegada de la noche y la cierta indiferencia que se tiene ante semejante espectáculo cósmico. Así como éste, varios poemas en esta publicación, parten de momentos muy oportunos y ordinarios para crear imágenes épicas que resultan un deleite desconcertante para el lector.

Otro buen ejemplo de este fenómeno es el genial poema Pequeños fracasos, en donde Huerta, utiliza recursos mínimos para contemplar los fracasos que diariamente ocurren en el mundo y no se refiere a catástrofes naturales, asesinatos o marcadores deportivos, si no que lector logra detenerse y lamentar los gramos de más en la cintura, el brindis torpe de un ebrio o en el titubeo cuando se le declara la independencia a una nación, a una situación o a una persona. Algunos deseos también es un poema que sorprende por su conclusión erótica y sencilla: “Que te inclines una vez más y siempre / sobe mi rostro / y que yo abra los ojos para verte”.

Para David Huerta la escritura es una constante intertextualidad, sucesión de imágenes que se combinan a una velocidad variable: música de estructuras complejas, de variaciones estereoscópicas. La música de lo que pasa representa una nueva escala en ese proyecto de transición continua que ha sido la poesía del autor.

La sonoridad aparece en cada palabra Huerta: “Contra el ruido que confina y no deja pensar, la música de lo que pasa. Pasar es ir de un lado a otro, pero también es expandirse, ampliarse, respirar. Un paso es un poema”.

Escrito en: poema, música, poemas, ejemplo

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