EDITORIAL

Los daños de la ligereza

ÉDGAR SALINAS

La ligereza nos hace mucho daño. En 2016, estuvo de visita en México el filósofo Gilles Lipovetsky de quien recién había sido publicada la versión en español de su libro "De la ligereza" bajo el sello editorial de Anagrama. Como era de suponer, las entrevistas que concedió versaron, principalmente, acerca del uso que daba a la noción de ligereza y las consecuencias que en la vida cotidiana y en la sociedad acarreaba esa tendencia cultural contemporánea.

Lipovetsky afirmó entonces que "lo ligero es la mayor fuerza de transformación del mundo". En la interpretación de Ana María García, bajo el dominio de la ligereza "Se permuta la seriedad, por el humor; la estabilidad, por lo efímero; la permanencia, por el nomadismo; el sacrificio, por la despreocupación; la verdad, por el bienestar personal; lo necesario, por lo insignificante."

La ligereza está en el espíritu de la época. Los materiales nos la hacen visible y deseable: la nanotecnología; los miles de datos cargados en celulares y computadoras ligeras; lo plano de las pantallas. La comida libre de todo, excepto de la obsesión por lo ligero. La transmisión de datos, voz, imágenes es ligera. Ya no se requiere una numerosa brigada de técnicos y equipo para reportar desde los lugares más remotos, basta un celular y una conexión a internet. El cuerpo también se busca ligero. Los cánones estéticos se han rendido ante lo delgado. Los kilos de más están obligados a la baja estima y a la culpa silenciosa.

Llegar al presente estado, sin embargo, es producto también de una larga búsqueda y de un cansancio de lo complejo, del aturdimiento que la sobrecarga de deberes, relaciones, exigencias, trabajo y demás que debemos enfrentar para seguir adelante por este valle. Y en ese contexto, lo ligero abona en la emancipación del individuo y en restarle oscuridad a lo que no debe tenerla. La transparencia, por ejemplo, es producto cultural del espíritu de lo ligero.

Lo ligero como espíritu de la época impacta en la condición de ciudadanía. Esa realidad no está exenta de prácticas acordes a la tendencia. Viejas formas de hacer política son derribadas por prácticas de ciudadanía ligera: transparencia, redes flexibles como vínculo de organización, horizontalidad, causas efímeras, comunicación directa con los profesionales de la política, desprecio por los intermediarios (como los partidos políticos).

Pero lo ligero de la época lleva en sí el germen de la ligereza. Y en el ámbito del pensamiento y las ideas, el rigor se sustituye por la popularidad ligera, es decir, la de redes sociales; el ensayo y la investigación que procura evidencia empírica respecto a una situación sucumbe frente al meme y la consigna revestida de humor. La carcajada cínica pesa más que la tenue voz de la reflexión. Lo complejo no lo desentraña más el análisis sino la opinión.

Cobran fuerza en este ambiente las formulaciones de poco peso para hacer atractiva la oferta política. Las conclusiones son enunciadas ahora como epitafios. Los sueños caben en un tuit. Y la complejidad de todo sistema se traduce en dosis ridículas desprovistas de reflexión y de las que se inhibe la posibilidad de contrastar razones y evidencias para que, su lugar, se privilegie a las ocurrencias. De lo ligero se ha pasado a la ligereza. No importa el paso sino el peso.

Una sociedad obsesionada por el consumo expedito no está dispuesta a sopesar un planteamiento. No tiene tiempo ni ganas de contrastar razones. Se vota por lo blanco o lo negro. En el discurso político y en la práctica ciudadana la ligereza provoca daños. No me refiero a las prácticas ligeras que agilizan la comunicación y horizontalidad, sino al maniqueísmo reduccionista de la ligereza, a las afirmaciones sin evidencia que hacen sencillo optar por posiciones dado que evitan la pesadez del razonamiento, la crítica y el argumento. Y por evitar la fatiga, convertimos la búsqueda del bien compartido no en una plataforma de ideas, objetivos y búsquedas sino en una simplista multiplataforma de ocurrencias.

@letrasalaire

Escrito en: ligereza, ligero, sino, prácticas

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