“Llegaron al canal por la brecha que sube del río, con las hondas prestas para la batalla y los ojos entornados, cosidos casi en el fulgor del mediodía” es la primera frase del libro de Fernanda Melchor. Parecen un conjunto de palabras inocentes que bien podrían comenzar a contar la historia juvenil de un grupo de amigos que buscan en qué pasar sus días de verano, o podría hablar sobre el calor sofocante en algún rincón del mundo mientras narra lo que sucede provoca entre sus habitantes. Tal vez hablará sobre las dos cosas. Pero conforme la lectura sigue, poco a poco la autora va revelando que esas primeras palabras no son tan indefensas como uno podría llegar a pensar.
Leer a Melchor es encontrarse en una agónica espera. Cada página parece un golpe nuevo justo en el centro de nuestros temores más arraigados. Su prosa convierte a la violencia de la que habla en una especie de ente que se adhiere a la piel de quien se atreve a adentrase en la realidad desafiante y áspera que presenta en su obra. Dicho ente es difícil de esconder, de borrar, de huir de él. Se mete por los poros, se aferra a las atrocidades de nuestro día a día y construye una guarida en el pensamiento.
En Temporada de huracanes se descubre el viaje de una comunidad que ha sido azotada por la miseria, las perversiones, asfixiantes secretos y el hambre de poder. De la mano de sus personajes, presenta un mundo casi imposible de juzgar porque sus decisiones son causadas por el vacío y la existencia mecanizada.
No solo se trata de lo violento de cada uno de sus respiros, sino de una búsqueda sin posibilidad de victoria. En alguna entrevista lo diría: “Claro que es una novela de amor, sólo que los personajes nunca lo encuentran. Es ese algo que te falta tanto que ni siquiera sabes cómo es.
Y aunque lo encontraran, no importa, porque para qué sirve el amor si todos se están ahogando”. Melchor habla para y desde las inseguridades que habitan en cada uno de nosotros. Con un dominio magistral de las palabras, Temporada de huracanes se convierte en un reflejo de nuestro contexto mallugado y sangrante que solamente parece ofrecernos un porvenir desolador.
Datos:
*Año: 2017. *Número de páginas: 224