Existen un sinfín de problemas en la época actual: el calentamiento global, los linchamientos digitales, la cada vez más creciente presencia de la personalidad de verdugo, la inestabilidad económica producto de la inoperancia de ciertos gobiernos y el intento de los grupos de poder por acallar las distintas luchas sociales que golpean de manera directa la ya conocida manera de vivir, por mencionar solamente algunos. Y si bien cada uno merece un estudio y análisis exhaustivo que permita encontrar las soluciones más viables y certeras, Oppenheimer presenta en su libro uno completamente diferente: el desempleo tecnológico.
La creciente automatización del trabajo es producto de la manera tan acelerada en que la tecnología ha comenzado a desarrollarse. Desde la Revolución Industrial ya se habían comenzado a destruir empleos gracias a la innovación tecnológica, pero, el ser humano había logrado sortear los golpes al crear más fuentes de trabajo que las que desaparecían. Sin embargo, tomando en cuenta las nuevas vías de desarrollo que han surgido gracias al pensamiento capitalista, la premisa de ¡Sálvese quien pueda! parte de la pregunta “¿Podremos seguir creando más oportunidades de las que eliminamos?”
Oppenheimer decide indagar profundamente en las razones que provocan que la automatización se esté convirtiendo, cada vez con mayor fuerza, en un lado al cual voltear, en un camino al cual seguir sin importar el impacto que tenga en la economía de quienes van siendo remplazados por máquinas y artefactos artificiales. Explora el papel del periodista, hotelero, restaurantero, banquero, docente, médico, abogado y prestador de servicios de transporte en un mundo cada vez más tecnológico y distante; qué los está desplazando, quiénes están optando por serle fiel a la automatización, cuáles son las consecuencias de ese ejercicio.
Pero no todo está perdido. El autor no sólo narra el cambio que está sufriendo el rumbo mundial, sino que presenta opciones de salvación para todo aquel que esté dispuesto a escuchar… o a leer, según sea el caso. Hipótesis sobre cómo se podrá afrontar la desaparición de empleos, la manera en la que los clientes reaccionarán, las distintas vías a seguir para que tanto humanos como robots puedan ser aliados.
Por ejemplo, en algún momento del libro Oppenheimer cita a un autor que explicaba cómo los jóvenes prefieren menos contacto con el personal de cualquier local para poder tener más contacto con las personas con las que acuden (amigos, familia, pareja). Pero presenta la otra cara de la moneda, las personas adultas vaya que sí buscan tener mayor contacto con el personal, dejando de lado que puedan tardarse más en pedir sus órdenes o reduzcan el tiempo con sus acompañantes. ¡Sálvese quien pueda! es una guía de supervivencia y una manera de aferrarse a lo que ha existido desde tiempos ancestrales, el contacto y la relación uno a uno.