EDITORIAL

Saqueos

SERGIO AGUAYO

A la memoria de Jerónimo Arango

Al menos 11 entidades han padecido saqueos a supermercados y tiendas departamentales. Dedico el texto de esta semana al caso de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad de la CDMX estos ataques no fueron motivados por el hambre; fueron ataques coordinados para robar productos fácilmente vendibles (por ejemplo, electrónicos). En algunos casos, tal vez fueran criminales del orden común. También es posible la participación de células del crimen organizado desplazándose entre entidades.

Esto lleva a un enigma: ¿cuál será la reacción del crimen organizado ante una emergencia sanitaria con varios meses de duración? Rodrigo Peña aborda el tema en un texto publicado por El Semanario. Encontró que algunas bandas de Brasil, Italia y México están utilizando la emergencia para legitimarse, ya sea repartiendo comida o administrando el enclaustramiento y/o incursionando en nuevos negocios para compensar la pérdida de ingresos.

La ZMVM tiene las condiciones para un deterioro en la seguridad. La emergencia sanitaria acentuará el desempleo, la carestía y las desigualdades en un contexto de creciente irritabilidad social, estado débil y crimen organizado fuerte. Esto podría incrementar el saqueo de aquellas tiendas y comercios abiertos para abastecer a la población.

Las autoridades de cada unidad administrativa podrían seguir reaccionando cada una por su lado. Otra modalidad sería elevar el nivel de la comunicación entre gobiernos, para crear una coordinación formal y dar una respuesta colectiva.

De optarse por la segunda opción, vale la pena detenerse en el exitoso Mando Especial funcionando en La Laguna desde 2013. Esa región -una parte en Coahuila y otra en Durango- vivió una caída acelerada de los homicidios dolosos y las desapariciones a partir de ese año. En el 2012 hubo 1060 homicidios dolosos contra 139 en 2018. En esta reducción, aclaró, fue determinante la política integral contra el crimen organizado implementada por el gobierno estatal.

El Mando Especial lo encabeza un militar nombrado por la Secretaría de la Defensa Nacional. De él depende una Policía Metropolitana integrada por elementos provenientes de Coahuila, Durango y la Guardia Nacional. La Sedena y la federación proporcionan la inteligencia requerida para los operativos.

El Mando Especial resolvió los problemas de la falta de coordinación entre diferentes instancias de gobierno y se ha mantenido por la intervención de diversos actores sociales y la disposición al consenso de varios partidos. El presidente actual ya aceptó la preservación de este arreglo, al que Alfonso Durazo ha calificado como "el mejor modelo de colaboración intermunicipal o de zona conurbada que hay en materia de seguridad en el país". Es inevitable preguntarse ¿por qué no instalan algo similar en la ZMVM?

Serían enormes las dificultades de un Mando Especial para una urbe de casi 21 millones de habitantes, en cuya seguridad intervienen el presidente de la república y la jefa de gobierno de MORENA, dos gobernadores del PRI, 16 alcaldes y 60 presidentes municipales. Tal vez sea más lógico experimentar con unidades conurbadas más pequeñas y manejables.

Una posibilidad sería experimentar con alcaldías y municipios gobernados por MORENA. Seis alcaldías de la CDMX colindan con municipios mexiquenses gobernados por dicho partido. Otra sería un acuerdo entre cuatro alcaldías capitalinas (Iztacalco, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza) y Ciudad Nezahualcóyotl en el Estado de México. Neza está gobernada por una fuerza independiente y cuenta con una de las mejores policías de proximidad del país.

Otra lección dejada por el experimento lagunero es la importancia de la acción social organizada. En aquella región, un grupo de empresarios y otros actores propusieron y convencieron a presidentes, gobernadores y autoridades municipales de adoptar fórmulas innovadoras para superar las ineficiencias causadas por la falta de coordinación entre diferentes instancias de gobierno.

Poniéndose optimista, la emergencia sanitaria solo durará unos meses. La inseguridad es un problema estructural con múltiples expresiones. Los saqueos son una puertecilla de acceso a unas catacumbas del poder criminal que debemos clausurar, si queremos tener seguridad.

@sergioaguayo

Colaboró: Zyanya Valeria Hernández Almaguer

Escrito en: emergencia, crimen, Mando, Especial

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