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Para Bolsonaro, la culpa por el COVID-19 es de los demás

Responsabiliza, entre otros, a alcaldes y gobernadores

Para Bolsonaro, la culpa por el COVID-19 es de los demás

Para Bolsonaro, la culpa por el COVID-19 es de los demás

AP

Al incrementarse los casos de coronavirus en Brasil y convertirse en uno de los países más afectados, el presidente Jair Bolsonaro rechaza cualquier responsabilidad por la crisis de salud y culpa a alcaldes, gobernadores, a un ministro de salud saliente y a los medios de comunicación.

En contraste, se retrata a sí mismo como un paladín avezado dispuesto a defender una idea impopular: que suspender las actividades económicas para controlar la pandemia de COVID-19 causará más sufrimiento a la larga que permitir que la enfermedad siga su curso. Y la negativa de los gobernadores a atender su decreto que autoriza la apertura de los gimnasios, comentó, raya en el autoritarismo.

Cuando le hicieron notar que la cifra de muertes en Brasil superaba a la de China, fingió impotencia: "No hago milagros. ¿Qué quieren que haga?" Y ante las restricciones impuestas por Estados Unidos a los viajeros procedentes del país sudamericano a causa de la propagación del COVID-19, uno de sus asesores señaló que era histeria de la prensa.

Desde que comenzó el brote, el mandatario brasileño ha evitado reconocer los posibles efectos de sus acciones, particularmente el socavar las recomendaciones de las autoridades locales para que la gente permanezca en su casa. A mediados de abril hizo una inusual excepción, cuando nombró a un nuevo ministro de salud encargado de salvar a la economía del coronavirus.

Menos de dos semanas después, cuando la cifra de muertes a causa del coronavirus en Brasil superó las 5,000, Bolsonaro dijo a los reporteros: "No van a atribuirme la responsabilidad de esta cifra que no es mía".

Casi un mes después, la cifra de muertes en el país de 211 millones de habitantes se ha más que cuadruplicado, a 22,666, y sigue acelerándose.

El Supremo Tribunal Federal determinó que los estados y ciudades tienen jurisdicción para imponer medidas de confinamiento. Ante ello, Bolsonaro caminó decididamente el 7 de mayo a través de la Plaza de los Tres Poderes de la capital hacia el máximo tribunal, acompañado por un grupo de ministros y líderes empresariales, y exigió que se suavicen las restricciones locales.

Una encuesta realizada el 17 y 18 de mayo por XP/Ipespe encontró que el 58% de los entrevistados evaluó la respuesta de Bolsonaro a la pandemia como mala o terrible, y únicamente el 21% la consideró buena o excelente. Los gobernadores recibieron más del doble de aprobación en ambos conteos. La encuesta tenía un margen de error de 3.2 puntos porcentuales.

Escrito en: cifra, Bolsonaro, salud, Brasil

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