Monclova

Operarias sufren asaltos y abusos sexuales al salir del trabajo

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JOEL BARRERA

Cientos de operarias de las maquiladoras Alphabet y Aramark tienen que sortear el peligro diario de ser atacadas durante el regreso a casa después de su jornada laboral.

Ante la falta de un transporte público o de personal, así como ante las carencias de iluminación y seguridad que tienen las colonias del oriente de la ciudad, ellas deben caminar entre montes de tierra y calles oscuras.

Así lo hace María Guadalupe Rodríguez, operaria en la maquiladora Alphabet, quien diariamente a la 1:25 de la mañana al escuchar el timbre de fin de jornada se dirige a prisa a la salida para alcanzar a sus vecinas y caminar en grupo.

Tiene miedo y no es para menos, en los últimos años se presentó una serie de asaltos y abusos sexuales en contra de operarias de estas maquiladoras que deben caminar a sus domicilios.

El último ocurrió hace unos días, el 15 de enero para ser exactos, una operaria fue abordada por un hombre que la subió a la fuerza a un vehículo y la llevó por un camino que conduce al zoológico, donde abuso sexualmente de ella.

"Ya van varios casos así, a otras compañeras las asaltaron, si es peligroso caminar entre el monte, por eso tenemos miedo y nos venimos en grupos, pero si alguien se queda horas extras tiene que salir más tarde y venirse sola", señaló la madre trabajadora.

Por ser una colonia relativamente cercana a la empresa, los trabajadores no gozan de servicio de transporte de personal, pero tampoco del transporte colectivo.

"No viene el camión porque dicen que está muy cerca y tenemos que caminar, nos vamos por ese camino entre el monte y nos regresamos igual, pero en la madrugada esta muy feo, venimos a prisa y con miedo", mencionó.

La situación es grave y ellas lo entienden, por lo cual algunas decidieron incluso dejar el empleo.

Lizeth Ruiz, trabajó durante varios años en Alphabet y recuerda el mismo temor que narró María Guadalupe.

"Salía y pa' pronto, a lo que venía, casi corriendo por el miedo a que saliera un hombre y nos atacara, es peor los jueves y viernes, cuando hay mucho borracho en las calles cercanas", comentó.

Lizeth dijo que ganaba 950 pesos por semana y que al poner en la balanza la situación se dio cuenta que no valía la pena el riesgo, por lo que decidió cambiar de empleo.

Ahora trabaja en Technotrim y aunque gana poco menos por ser de reciente ingreso, tiene el servicio de transporte que la deja en la puerta de su casa en la colonia Campanario.

Las mujeres señalaron que es necesario contar con mayor iluminación y vigilancia en el sector, aunque señalan que lo ideal sería tener el servicio de transporte de las empresas y evitar los riesgos.

Escrito en: MAQUILADORAS asaltos violaciones operarias Alphabet Aramark transporte, caminar, servicio, miedo

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