No pocas veces se escucha decir ante el fallecimiento de alguien notable que es una lástima que haya muerto habiendo tantos que viven sin hacer algo importante, algo de provecho.
La sentencia de Sor Juana arriba reproducida no se expresa en un caso de muerte sino en el de un homenaje. Allí propone que quien vive una vida fructífera subsista dando su munificencia como iluminaciones.
La sentencia es entonada por Música en la escena en que Naturaleza pide que se conserve eterna la vida de fray Diego Velázquez de la Cadena, a quien la Décima Musa le dedica una loa en su cumpleaños.
En su momento, el personaje Discurso ha propuesto que el sol sea la luminosa madeja que oville la vida del homenajeado, a manera de desearle la inmortalidad del astro.
Por eso Música corea: “Que es bien que dure / devanada de rayos / vida de luces”.
La sentencia de La Americana Fénix sin duda parecerá apropiada para pronunciarse en casos como el imaginado en el primer párrafo, cuando se lamenta la muerte de alguien que se ha dedicado a hacer bien a la humanidad significada en un ser, en un grupo social o en toda una comunidad nacional, con cualquier tipo de obras. Por supuesto, también es apropiada para circunstancias semejantes a aquella en que la concibió La Americana Fénix, es decir, para la ocasión en que se rinda homenaje celebratorio a alguna persona valiosa.
Que el sol se deshile para devanar, envolver, ovillar con sus cualidades la vida de quien vive dando luces es un gran deseo. Sor Juana dice: “Que es bien que dure / devanada de rayos / vida de luces”.