EDITORIAL

La valentía literaria

JUAN VILLORO

Carmen Boullosa acaba de ser distinguida con el Premio Jorge Ibargüengoitia que otorga la Universidad de Guanajuato. Durante casi cincuenta años he seguido con asombro su audaz aventura literaria.

Aunque podía consagrarse como cantante de rock, pintora o artista del tejido, Carmen decidió encarnar sus múltiples destinos en la escritura, como si su nombre no amparara a una persona sino a un colectivo de autoras.

La conocí como poeta con El hilo olvida, publicado por Federico Campbell en su legendaria colección La Máquina de Escribir. Desde entonces estaba claro que ningún género atraparía en forma exclusiva una imaginación como la suya. Hoy, su hoja de vida la acredita como dramaturga, novelista, ensayista, cuentista y, por supuesto, poeta. Pero no solo reparte su talento entre los géneros, sino que los combina: hace teatro desde la poesía y poesía desde la novela.

En su pieza Vacío llevó a la escena la obra y la vida de Sylvia Plath. El montaje, dirigido por Julio Castillo con el grupo Sombras Blancas, fue un notable momento del teatro mexicano. En Duerme practicó otro cruce de géneros. Como el Orlando de Virginia Woolf, esta novela trata de una mujer que se hace pasar por hombre para sobreponerse a una sociedad patriarcal. Boullosa ubica la trama en Nueva España, donde el mundo prehispánico padece el dominio colonial y la antigua Tenochtitlan se extiende en una geografía anfibia (la tierra coexiste con el agua y ambas se confunden en inundaciones). Miguel León Portilla señaló que una palabra clave para entender el sino de los pueblos originarios es nepantla, "lugar de en medio". Usando distintos géneros (novela, teatro y poesía), Boullosa retrata identidades indecisas: una mujer-hombre en la ciudad lacustre de un país "de en medio", que no alcanza a definirse. En Culturas híbridas, el antropólogo Néstor García Canclini señala que lo criollo o lo mestizo es lo que se ha mezclado, mientras que lo híbrido es lo que se está mezclando. Novela híbrida, Duerme recrea el fermento vivo de las identidades en construcción.

Cuando la autoficción no estaba de moda, Boullosa escribió Antes, novela que le valió el Premio Xavier Villaurrutia. Ese éxito no la llevó a intentar cosas parecidas. Pedirle que reitere un logro es como esperar que Julio Verne repita un viaje. El repertorio de sus intereses es avasallante. La otra mano de Lepanto trata de una bailarina en "la mayor ocasión que vieron los tiempos", como la llamó Cervantes; Texas se ocupa del momento en que ese estado se convirtió en país independiente y dio lugar a una cultura propia, fundadora de los westerns; El libro de Ana aborda la Rusia de Tolstoi; Llanto da inquietante modernidad al emperador Moctezuma; De un salto descabalga la reina reconstruye la pasión de Marco Antonio y Cleopatra. No estamos ante novelas históricas al uso, sino ante investigaciones sobre la condición histórica del presente. Lo remoto sirve para explicar la perspectiva actual, el "efecto de paralaje" con el que el presente altera el pasado.

Roberto Bolaño decía que la principal virtud de un escritor es la valentía. Se escribe contra viento y marea, sin tierra a la vista. La aventura intelectual de Boullosa representa una sostenida pasión por el riesgo.

Bastaría lo anterior para justificar una trayectoria. Además, la novelista de mujeres rebeldes y piratas ha sido profesora en universidades de Estados Unidos, condujo el programa Nueva York, que le valió cinco Emmys, ha escrito un cuento infantil gozosamente escatológico (La Midas) y el guion de la película Las paredes hablan (basada en su novela del mismo nombre), y recientemente recibió el Premio Casa de América por su poemario La aguja en el pajar.

Carmen dice que su energía proviene del insomnio, como si una peculiar alquimia transformara en fuego sus horas de descanso. Llevo medio siglo tratando de explicarme su creatividad, sabiendo que es tan enigmática como su forma de cocinar. La autora de Ingobernable y La salvaja es digna de sus títulos: nunca sigue una receta ni hace dos veces el mismo guiso; ataca los peroles con la decisión de quien no sabe lo que hará, pero está segura de lograrlo. El resultado de esas improvisaciones es tan singular e irrepetible como sus libros, donde cada página es un atrevimiento, un paso a lo desconocido, hacia la tierra incógnita de la literatura.

Escrito en: Boullosa, sino, Premio, teatro

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