La situación lo amerita. Esta semana fue muy dura para el entorno del Manchester United. Empezando por el campeonato del Manchester City, pasando por el aniversario del último partido dirigido de Sir Alex Ferguson con el United, así como el anuncio del retiro de Antonio Valencia y finalizando con la derrota en Old Trafford ante Liverpool.
Y no, aunque los Red Devils no se jugaban prácticamente nada ante los Reds, además del orgullo, quedó al desnudo la principal carencia del equipo: la defensa. Los de Ole ya estaban clasificados para la próxima Champions desde hace días, de hecho el fin de semana ante Leicester cambió por completo el equipo titular, guardándolo para el clásico de ayer. Evidentemente todos los esfuerzos estarán pensados para el 26 de abril, cuando disputen la final de la Europa League ante Villarreal.
Sin embargo, al cabo de casi una década desde la marcha de Ferguson, el equipo no ha sido el mismo. Recordemos que en aquel 2013 el club terminó ganando la Premier, y un par de años antes llegó a la final de Champions en Wembley, ante ese Barcelona de Guardiola que, nuevamente dos años atrás, había vencido al United en Roma para consagrar ese mítico sextete.
Lo verdaderamente preocupante, más allá de la “reciente” llegada de Guardiola al banquillo Citizen, es que a partir de ese 2013, el Manchester United ha acabado la temporada de la Premier League por debajo de su incómodo vecino. Y tal vez falte le falte casi el triple de títulos al City para alcanzar al United, pero a este paso parece que eso terminará por suceder más pronto que tarde.
SEGUNDO TIEMPO
Contra el Liverpool, el rival que realmente le importa a los de Old Trafford, se ha dejado ver la diferencia de los proyectos.
Tenemos a Jürgen Klopp, técnico de los Reds, encabezando el proyecto de los de Anfield con fichajes claramente estratégicos, porque en su momento ni Salah, ni Mané, Firmino o Van Dijk eran jugadores vigentes de clase mundial. Y aunque este año les haya ido mal, seguro que sabrán dónde están las debilidades a reforzar para el próximo año.
Chelsea o City, por el contrario, tienen chequera abierta cada semestre para fichar, fichar y fichar. Y no está mal ni debería verse desde una perspectiva negativa. Los grandes clubes hacen eso y saben que el costo por buenos futbolistas se dispara en ese presente. Lo que hay que destacar aquí es el excelente trabajo que han realizado Pep Guardiola y Thomas Tuchel para hacer que esas piezas funcionen realmente.
Por una lado, el técnico alemán que llegó a rescatar un Chelsea al borde del colapso, y que hoy lo tiene en una final de Champions y de FA Cup (que se disputa mañana, sábado, ante Leicester) y, por el otro, a un Guardiola que vuela para ser el mejor entrenador de la historia. De hecho, el catalán ganó su tercera Premier League, las mismas que presumen Mourinho y Wenger. Solo por delante tiene a Ferguson, que ganó 13. El próximo 29 de mayo Tuchel y Pep se verán las caras en Porto para definir al campeón de la orejona.
TIEMPO EXTRA
En 39 años de carrera, Sir Alex Ferguson ganó 49 títulos, convirtiéndose en el entrenador más ganador de la historia del futbol, seguido por Mircea Lucescu, quien ganó 33 en 40 años. En la tercera posición está alguien con apenas 12 años dirigiendo (y uno sabático), que presume 31 títulos: Pep Guardiola.
Óscar Parra // [email protected]