El Gobierno afgano y los talibanes retomaron este domingo las hostilidades en varias partes del país después de la tregua de tres días que finalizó anoche, informaron a Efe fuentes oficiales.
"La administración de Kabul ha comenzado sus operaciones contra los combatientes insurgentes en el país, y nuestros muyaidines están obligados a defender sus áreas y responder a las ofensivas", afirmó a Efe el principal portavoz de la formación insurgente, Zabihullah Mujahid.
El alto el fuego de tres días proclamado por el fin del Ramadán "ha acabado", confirmó Mujahid, y los talibanes "están siguiendo las actividades de las fuerzas del enemigo por todo el país y están respondiendo a sus acciones".
El Gobierno afgano culpó a los talibanes de haber retomado la lucha armada tras el fin de una poco frecuente tregua.
"Tras el fin de los tres días de alto el fuego, las actividades terroristas de los talibanes han continuado y sus ataques, en vez de parar, siguen contra la población de Afganistán", dijo a Efe el portavoz del Ministerio de Defensa, Fawad Aman.
La fuente acusó a la formación insurgente de haber "violado gravemente" el periodo de tregua mientras éste estaba en vigor.
"Por desgracia, los talibanes han violado gravemente el alto el fuego. La actividad terrorista de los talibanes continuó durante los tres días de tregua, y como resultado de estos actos terroristas 21 civiles han muerto y 33 han resultado heridos", dijo Aman.
Según Defensa, este domingo hubo choques en 15 de las 34 provincias afganas, especialmente en la provincia suroccidental de Helmand y en la norteña de Baghlan.
"Durante una operación de limpieza hoy en Baghlan-e-Kohna, en la provincia de Baghlan, los terroristas talibanes sufrieron fuertes bajas y una amplia zona ha sido librada de la presencia del enemigo", dijo el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Al menos nueve combatientes insurgentes, incluido el comandante Mulá Sahargul, murieron en combates con las fuerzas de seguridad en la ciudad de Lashkargah, en Helmand, añadió el ministerio.
En las dos semanas previas a la tregua de tres días, los talibanes lanzaron una serie de ataques talibanes a gran escala en varias provincias.
Más de 1,500 combatientes talibanes y un número indeterminado de miembros de las fuerzas de seguridad afganas han muerto, además de las bajas entre la castigada población civil.
La ofensiva llega en un momento crítico en el país, después del comienzo el pasado 1 de mayo de la retirada final de Afganistán de las tropas estadounidenses y de la OTAN.
Este proceso finalizará el próximo 11 de septiembre con motivo del 20º aniversario de los atentados en Estados Unidos que desencadenaron la ocupación de Afganistán.
La retirada de 2,500 efectivos estadounidenses y unos 7,000 militares de la OTAN se produce en el contexto de unas conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes que poco a poco se han estancado, sin haber logrado avances significativos hasta el momento a pesar de los esfuerzos internacionales.