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Joel Ceniceros, flautista con sonoridad callejera

Ofrece su arte musical para solventar colegiaturas

Joel Ceniceros, flautista con sonoridad callejera

Joel Ceniceros, flautista con sonoridad callejera

SAÚL RODRÍGUEZ

El sonido de una flauta envuelve al antiguo Casino de La Laguna en pleno centro de Torreón. Un chico es quien con soltura y fluidez ejecuta el instrumento de tradición irlandesa. Joel Ceniceros Tinajero comparte su arte musical a los laguneros con el objetivo de recaudar fondos y poder pagar sus estudios profesionales.

Actualmente cursa el cuarto semestre de la licenciatura en Educación, en la Escuela Normal Superior de La Laguna, pues la pedagogía, dice, es una vocación que lleva muy dentro junto al arte musical. "Es algo que siempre me ha gustado, que me llena mucho". 

Comenta que desde los ocho años comenzó a tocar la guitarra, a los trece abordó el piano y desde hace dos se interesó por el timbre que desprende la flauta irlandesa. 

Es mediodía y el joven describe con emoción su instrumento, se trata de una tin whistle, flauta que no es común en el país y que es empleada en la música celta. El encuentro de Joel con esta sonoridad se dio gracias a la banda de rock folk Mago de Oz, cuyas obras emplean este tipo de flauta. 

"El rock folk es mi música preferida. Me gusta la fusión de los instrumentos antiguos (flautas irlandesas, gaitas, violines) con instrumentos modernos (batería, guitarra, etcétera), la fusión de cómo mezclar música de hace cuatro mil años con la actual". 

Refiere que es un instrumento muy dulce, que emana un timbre agradable y relajante, auxiliar para calmar nervios. También puede motivar al espectador si se ejecuta de una manera acelerada. 

Fue hace un año cuando Joel perdió su empleo en una empresa, tras ser despedido por la llegada de la pandemia. Cursaba entonces el segundo semestre de la carrera y se preguntó cómo podría conseguir otro ingreso que le permitiese solventar los mil 500 pesos mensuales que debe pagar de colegiatura, además de sus libros de texto. Así tuvo la idea de valerse de su talento y salir a las calles de la ciudad para demostrarlo. 

"Lo hacía de hobby. Nunca me imaginé que iba a andar haciendo esto para poder pagarme las colegiaturas. Viendo a otros músicos que hacen lo mismo, viendo a chavos que tocan la guitarra, que cantan, me dije a mí mismo que iba a intentarlo".

Con sentir profundo, expresa que en La Laguna existen personas solidarias que han observado su talento y decidido apoyarlo en cada recital callejero, motivadas también por el llamativo cartel que lo acompaña: "Hago esto para seguir estudiando, gracias". 

"Mucha gente me preguntaba por qué lo hacía, les decía que por la escuela y ya se me ocurrió poner el cartel para que la gente se dé cuenta de por qué lo hago, que no lo hago porque no quiera trabajar o porque quiera estar estafando a la gente, sino porque realmente la pandemia me orilló a hacer esto".

Frente un micrófono y con la ayuda de una bocina recargable, Joel ejecuta piezas tradicionales celtas, así como mezclas de música antigua con rock. Dura una o dos horas tocando en un lugar y luego se traslada a otro sitio.

En su maletín sobresalen más flautas que han sido fabricadas por él mismo, pues sus manos no sólo son hábiles para encontrar la nota correcta, también para construir instrumentos. 

"También las fabrico porque no las venden aquí en el país, yo las fabrico de diferentes materiales: PVC o plástico ABS. Nadie me enseñó a hacerlas, no hay realmente una escuela donde puedas ver, no siquiera una página de internet donde te enseñen a hacerlo".

Cuando Joel se entrega a la música lo hace al cien por ciento. Mientras ejecuta, no piensa si los transeúntes depositan monedas en su bote, simplemente lo hace mientras el reconocimiento lo aborda por su cuenta. 

"La música nunca te deja, cuando la música te sale del corazón y la practicas de una forma, no para impresionar a los demás ni meramente por el dinero, sino porque realmente te apasiona, que te hace sentir bien, que te llena espiritualmente, mentalmente, ya el dinero es una consecuencia de". 

Pero estar en la calle es un mosaico de experiencias. Tras más de un año tocando en el centro de Torreón, Joel ha experimentado buenos y malos momentos. 

"Así como hay gente que me ha dado 500 pesos, también hay gente que a lo lejos ves caminando y va sacándose el chicle y haciéndolo bolita para aventármelo al botesito del dinero. Hay de las dos, tanto malas experiencias como malas, pero principalmente son buenas". 

Con motivo del Día del Estudiante, Joel reflexiona y comenta la lección que le ha dejado la música y su carrera. Sabe que el arte y la educación juegan un papel vital en la sociedad, y espera que tras graduarse pueda convertirse en un útil profesional de la pedagogía.

"Desde pequeño recuerdo que me ponía a jugar con mis hermanos a la escuelita, a que yo era el profesor y les ponía tareas y trabajos. Es algo que siempre me ha gustado, que me llena mucho. Es una carrera de las que siento que son de las carreras más nobles que existen y cuando se practica de una manera adecuada, como debe ser un maestro, pues puede repercutir tanto en la vida de una persona como en la sociedad".

Escrito en: música, Joel, gente, flauta

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