Abuelitos, víctimas del abandono encuentran lugar en asilo de Saltillo

Para muchos abuelitos el sueño de estar tranquilamente en su hogar, disfrutar de sus nietos y dejarse consentir con un rica comida no se cumplió, pues por diversas situaciones terminaron en el abandono, algunos sobreviviendo de la caridad de sus vecinos, otros en medio de la soledad.

Sin embargo, para algunos su suerte cambio, pues luego de vivir en la calle o un cuartito en situación precaria, hubo ángeles que se preocuparon por ellos y su vida cambió de tal forma que hoy en día son felices.

Muchas historias como esta se encuentran en el Asilo El Buen Samaritano, mismo que en la actualidad alberga a 50 abuelitos, todos de escasos recursos, por lo que no cobran cuota de recuperación por su estancia, comenta la coordinadora del lugar, Brenda Judith Gaytán Vázquez.

“Nuestros abuelitos llegan por una canalización previa, se hace todo un proceso, personas que están en calle difícilmente las podemos ingresar porque no tenemos un historial, la mayoría de los que están con nosotros son canalizados por familiares o vecinos ya que se encontraban en situación de abandono”, expuso.

Destacó que por lo menos el 80 por ciento arribaron por situación de abandono, uno de los casos más recientes ocurrió la semana anterior, donde un abuelito vivía en situación de abandono pero lo cuidaban las personas que estaban a su alrededor.

“Ellos le llevaban comida o lo ayudaban con el baño, tenía dos años en una caja de tráiler, no tenía casa, y justamente platicando con él me dice que está muy feliz, está muy contento porque ya tiene un hogar, y esa es la situación de la mayoría de nuestros abuelitos”, comentó.

Afirmó que hay casos donde al estar en una situación totalmente de abandono, algunas pandillas los golpeaba o maltrataba, hasta el momento solo contabiliza un caso de ingreso con golpes por dicha situación.

“La mayoría de ellos ingresa con depresión, principalmente los que no están un entorno familiar o de convivencia con alguien porque obviamente están solos y no tienen con quien platicar, y aquí se van integrando poco a poco”, indicó.

Y es que además de tener un techo, comidas tres veces al día y baño diario, también tienen la oportunidad de convivir con personas de su misma edad, algunos ven televisión, otros juegan lotería, o diversas dinámicas en el transcurso del día.

Sin embargo, el arribo de la pandemia para muchos más que ser sinónimo de preocupación fue de tristeza, pues para evitar contagios y con ello exponer su vida, las visitas fueron suspendidas.

“Estaban acostumbrados a recibir visitas por la mañana, tarde o al medio día, sin embargo se suspendieron las visitas y para ellos fue un shock vernos solo a nosotros, ahorita están tranquilos, felices, y lo más importante es que poco a poco vamos a ir reintegrando las visitas primero con familiares”, indicó.

En la actualidad todos ya cuentan con su segunda dosis de vacuna contra la COVID, por lo que ya se trabaja en un protocolo de ingreso para los familiares que acuden a visitarlos, así como de voluntarios.