La comedia Amor es más laberinto,
de la cual Sor Juana escribió el primero y el tercer acto (el segundo, Juan de
Guevara) lleva, igual que su otra comedia y los autos sacramentales, una
loa. Es decir, la acompaña una pieza
teatral breve y en gran medida ajena
al asunto de la comedia mayor.
La obrita está dedicada al virrey
conde de Galve y en ella se observa la
misma mecánica de las otras loas.
Consiste en que uno de los personajes convoca a los demás y entre ellos
se desarrolla una trama inocente.
En la loa de Amor es más laberinto, Música cita a los personajes alegóricos de las estaciones del año para
celebrar a Edad, dama muy bizarra
(aquí bizarra –como bizarro–, significa lucida, espléndida, distinguida,
fina; claro, en idioma español; en inglés significa lo contrario: grotesco,
feo, y quienes se dejan seducir por el
idioma inglés le dan ese uso).
Cuando se presentan Invierno, Estío, Otoño y Verano, se ponen reticentes para el homenaje porque implica
dedicarlo simultáneamente a un dios
pagano. Edad les da explicaciones, los
persuade y aceptan pero en voz de Estío, no se sienten bien porque no llevan tributos para ofrecerle.
Entonces Edad les recuerda que
quien ama, él mismo es el obsequio,
les dice: “Y en el segundo reparo /
que hacéis de desprevenidos / presumo que estáis errados / que a quien
tiene amor le sirve / el mismo amor
de holocausto”.
Los auténticos enamorados sentirán o habrán sentido que si bien
pueden expresar su amor con accesorios, la máxima expresión de su
amor son ellos mismos. Son la feliz
víctima propiciatoria de su propio
amor. Por eso, Sor Juana dice: “a
quien tiene amor le sirve / el mismo
amor de holocausto”.