Cultural

Dichos de Sor Juana

Hay esperanza que vive de no tener esperanza

SAÚL ROSALES

Intrincada paradoja ensombrece la

máxima que puso Sor Juana en la

voz de su personaje Lidoro, enamorado de Fedra, en la comedia Amor

es más laberinto. Quizás haya que

calzarse al personaje literario para entender que, como enamorado,

dice cosas absurdas.

Quizá Lidoro sabe que se engaña a sí mismo y cuando cree no tener esperanza realmente la sigue

guardando y por eso llega a decir

“hay esperanza que vive / de no tener esperanza”. Parecería que el

ser humano está tan desamparado

que necesita la esperanza y se aferra a ella de manera irracional,

tanto que hace a Sor Juana ponerse sibilina.

El tema de la Esperanza (la mayúscula es dolosa) se encuentra en

muchos lugares de la obra literaria

sorjuanina. Un triste y hermoso

ejemplo aparece en las muy bellas

liras “que expresan sentimientos

de ausente”. Allí la esperanza acarrea dolor y contrariedad, ira:

“aunque me cueste su verdor enojos / regaré mi esperanza con mis

ojos”.

En otro lugar, el sainete primero de palacio, la esperanza es despreciada: “la esperanza / por más

que disimule / siempre es villana”.

Aunque la esperanza se vista de seda villana se queda.

Y donde la esperanza no es alusión circunstancial sino tema principal es en dos sonetos ya no pertenecientes a ninguna obra teatral,

el que comienza “Diuturna enfermedad de la esperanza” y el que

tiene por inicio: “Verde embeleso

de la vida humana”.

En el primero, la esperanza es

una mentira imperecedera, un diuturno, es decir, prolongado engaño; en el segundo, la esperanza es

un recurso estéril, un cultivo infructuoso, “sueño de los despiertos”. Paradójica, contradictoria,

dialéctica, materialista (“solamente lo que toco veo”), Sor Juana dice: “hay esperanza que vive / de no

tener esperanza”.

Escrito en: Dichos de Sor Juana esperanza, Juana, vive, obra

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