EDITORIAL

Miguel Hidalgo y Costilla

Satiricosas

MANÚ DORNBIERER

RECUPEREMOS LA VERDADERA HISTORIA: Los mexicanos sabemos por supuesto quién fue Miguel Hidalgo y Costilla, "Padre de la Patria". Pero sin duda muchos podrán aportar otras precisiones porque la Historia la escriben los vencedores para su propio beneficio y conservan lo que les da la gana.

En YouTube (al que invito a los lectores a entrar con mi nombre) hablé esta semana de la cultura universal de Miguel Hidalgo y Costilla, que fue un hombre excepcional en ese sentido, ya que hablaba muchos lenguajes indígenas aprendidos directamente de la gente local -con la que se llevaba muy bien- en las propiedades de su familia y a la par conocía varios idiomas extranjeros: obvio, español, francés e italiano. Era conocedor a fondo del comediógrafo francés del siglo XVII, Molière.

Para decirlo en plata mexicana, tuvimos un "Padre" de la Patria en extremo inteligente y culto. Busquemos en otros países quienes fueron los creadores de su nacionalidad y no encontraremos muchos como el nuestro. En YouTube el 15 de septiembre pasado solo se habló de esta parte del personaje, como es evidente por la fecha. Pero pasadas las fiestas patrias, hay que hablar hoy de la manera detestable, indignante, del tratamiento posterior a Miguel Hidalgo a cargo de los españoles y criollos que deseaban seguir siendo explotados por España.

De las lecturas al respecto, por ejemplo, retomo una a cargo de la CNDH, Comisión Nacional de Derechos Humanos en tiempos de mi amigo campechano Jorge Carpizo (en la prensa en El Siglo de Torreón).

"Capturado el 21 de marzo de 1811, después de casi diez meses de iniciada la revuelta, en Chihuahua, Miguel Hidalgo y Costilla encontraría posteriormente también un fin indigno del hombre que era. Entregado a los jueces civiles Manuel Salcedo, Ángel Avella y José María Rojas, notario del acto, escuchó impávido la sentencia de muerte.

Lo hicieron arrodillarse, notificándole que al día siguiente sería pasado por las armas, y le colocaron de nuevo sus grilletes.

Para su degradación como cura, se puso un altar con un crucifijo en medio de dos cirios encendidos, y se permitió a los lugareños acudir a presenciar el acto. El patio se llenó y ante la concurrencia, Hidalgo fue sacado de la celda de nuevo y llevado al corredor donde procedieron a vestirlo como si fuese a dar misa. Luego, se le obligó a ponerse de rodillas. El comisionado Francisco Fernández Valentín comunicó a los asistentes la razón de la degradación: "causa de infidencia" ("violación de la confianza y fe debida a alguien"). Y con un cuchillo raspó las manos y las yemas de los dedos del prócer en señal de despojo de los derechos a tomar la ostia para consagrarla. Y luego … le cortó el pelo.

Al parecer, en cierto momento Hidalgo expresó: "No me tengas lástima, sé que es mi último día, mi última comida y por eso tengo que disfrutarla; mañana ya no estaré aquí; creo que eso es lo mejor, ya estoy viejo y pronto mis achaques se van a comenzar a manifestar, prefiero morir así que en una cama de hospital".

Fue juzgado y fusilado el 30 de julio de 1811. en Chihuahua. Tras la muerte, su cadáver fue vergonzosamente descuartizado y permaneció expuesto al público. Lo decapitaron y desmembraron.

La "lección" implícita del criollo ilustrado que fue Miguel Hidalgo y Costilla de nada sirvió. Ya el prócer había encendido para siempre una mecha libertaria, que había sido retomada por otro cura consciente, rebelde y valiente: José María Morelos y Pavón (1765-1815).

"La personalidad y la formación intelectual de ambos caudillos, Hidalgo y Allende, fueron determinantes para la conformación y desarrollo de la insurrección".

MÉXICO EMPEZABA

A SER UNA PATRIA

Escrito en: Hidalgo, Miguel, muchos, Costilla

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