EDITORIAL

No se ve solución a la violencia en México

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

El peor desempeño del gobierno de la 4T ha sido sin lugar a dudas en el área de la seguridad pública.

Así lo afirman prácticamente todos los especialistas del ramo sin dejar de lado a los ciudadanos mexicanos que han sufrido el avance inmisericorde de la violencia, un cáncer inclemente y devastador.

Esta terrible situación afloró esta semana durante la comparecencia ante el Senado mexicano por parte de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.

Mientras la funcionaria aseguró que la pacificación de México es una prioridad para el gobierno, la senadora Lilly Téllez acusó que la expresión "abrazos y no balazos" es "la cínica confesión de que la cuarta transformación entregó la plaza a cambio de quedarse con el poder político".

"No venimos a ganar la guerra, venimos a ganar la paz", insistía Rosa Icela pero sin convencer a los legisladores de oposición que fueron duros y directos.

El senador Juan Zapata de Movimiento Ciudadano preguntó de qué país hablaba ante los datos alegres que Rodríguez exponía en tanto la petista Geovanna Bañuelos le reclamaba "el estado de fosas clandestinas, de colgados, de balaceras y desplazamientos forzados" que vive su estado natal Zacatecas.

Lilly Téllez fue todavía más a fondo: reveló que durante los primeros tres años de gobierno de López Obrador el número de homicidios se duplicó respecto al mismo lapso del régimen de Enrique Peña Nieto y se triplicó en comparación al primer trienio de Felipe Calderón.

Mientras Rosa Icela aseguraba que de enero a agosto del 2021, en comparación con el mismo periodo del 2018, se redujo en 46 por ciento el secuestro, 40 por ciento el robo de autos y 94 por ciento el "huachicoleo".

Añadió que en homicidios dolosos la caída es del 8 por ciento gracias a que a partir del 2020 se logró contener este delito, pero evidentemente de nada ayuda esta reducción cuando estamos hablando de más de 36 mil asesinatos al año.

Rodríguez reconoció que los feminicidios aumentaron en un 11.9 por ciento en este 2021 y una vez más defendió la estrategia del régimen al establecer que la política de "abrazos y no balazos no significa que estemos cruzados de brazos".

Los morenistas aplaudieron todo lo que decía la titular de la SSPC de México, pero se quedaron callados cuando la senadora sonorense Lilly Téllez se lanzó a la yugular de Rosa Icela y también de los miembros del gabinete de seguridad que asistieron a la comparecencia.

Les dijo que la reunión de cada mañana del gabinete de seguridad ha resultado inútil para disminuir la violencia. "En los últimos dos años -sostuvo- México se mantiene como el país con más violencia homicida a nivel mundial, de las diez ciudades más violentas del mundo siete son mexicanas".

Con tales informes, contundentes y abrumadores, quedan salidas muy estrechas al gobierno morenista para explicar el desastre que vive México en materia de violencia e inseguridad.

El canciller Marcelo Ebrard repitió el sobado pretexto de culpar a terceros de una realidad negra y dolorosa.

Advirtió en una reunión organizada por la UNAM que "será muy difícil reducir la violencia en México si en Estados Unidos no se asume la corresponsabilidad en torno a la adquisición de armas que persiste en ese país".

Los vecinos del norte poseen el mayor número de armas de todo el orbe. Sin embargo, el monto de homicidios dolosos de 28,282 en el 2020 fue menor al de México a pesar de contar con casi el triple de la población.

Es cierto, buena parte de las armas llegan de Norteamérica, pero quienes las solicitan, las transportan, las pagan y las disparan son los delincuentes mexicanos que han gozado de una impunidad impresionante en los años recientes.

En resumen: la violencia en México no se reducirá a los niveles deseados en los próximos años por la simple y sencilla razón de que el diagnóstico y la estrategia seguidas por el gobierno están equivocadas y no se vislumbra cambio alguno en lo que resta del sexenio.

NOTICIA FINAL…

Se agudiza la crisis de inmigrantes que vive la frontera de México y Estados Unidos. La caravana de diez mil haitianos que llegó al río Bravo, a la altura de Ciudad Acuña, Coahuila, deja muchas preguntas sin responder: ¿quién permitió que cruzara por todo México este grupo y porqué agentes de la Patrulla Fronteriza los agredieron con sus caballos y sus riendas? Los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador están obligados a atender esta tragedia humana.

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Escrito en: México, violencia, Icela, gobierno

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