Los dos modelos de los que México dispone para la evaluación de la calidad de los hospitales, la acreditación y la certificación, carecen de beneficio o su impacto no ha sido sometido a estudio, indicó Ángel Fernando Galván-García, exdirector adjunto de articulación del Consejo General de Salubridad.
Según el diario Reforma, es un pendiente cosniderable si se tiene en cuenta que, a nivel mundial, el 60 por ciento de los fallecimientos por enfermedades tratables se deben a la baja calidad de los sistemas de salud, afirmó en el foro Calidad de la Atención organizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La acreditación surgió en 2003, está a cargo de la Secretaría de Salud y evalúa hospitales públicos; mientras que la certificación inició en 1999, la impulsa el Consejo Salubridad General y evalúa a públicos y privados.
La acreditación, explicó, no ha implicado mejora en hospitales, según se desprende de tres evaluaciones realizadas al modelo.
“En ninguna de las tres evaluaciones que se han hecho de resultados ha habido evidencia de mejora atribuible al proceso de acreditación”, aseguró.
Por otra parte, a la certificación, agregó, no se le ha hecho ninguna evaluación de resultados.
“Esto quiere decir que tenemos todavía la interrogante de qué efectos tiene; cuáles el tiempo de estos efectos de evaluación y que podría mejorarse”, señaló.
A febrero de este año, el CSG reporta 311 hospitales certificados, de ellos 188 son privados. En el país hay mil 395 hospitales públicos, según la Ssa, o sea que 9 por ciento de hospitales públicos cuenta con esta evaluación.
Por otra parte, Raúl Rafael Anaya, director general de Certificación del Consejo de Salubridad, reconoció que el país carece de una política pública en materia de calidad del sistema de salud.
Para Mauricio Hernández, director de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS, la calidad de la atención que ofrece el sector salud es uno de los problemas más desatendidos.
Consideró que para que la acreditación y certificación tengan impacto se deben transparentar los resultados y los derechohabientes deberían poder elegir dónde atenderse con base en el desempeño de los hospitales.
Sergio Flores, Investigador del INSP, explicó que México ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE en el número de partos por cesárea registrados por cada mil nacidos vivos, lo cual es un indicador de mala calidad de atención en salud. “Si bien es cierto la cesárea tiene sus ventajas, también tiene sus indicaciones, sin embargo si se rebasa más del 40 por ciento ya se considera un exceso”, alertó.