Coahuila permite velación a fallecidos por COVID-19
El Gobierno de Coahuila reformó el decreto por el que se emiten los Lineamientos para el manejo seguro y disposición de cadáveres con causa de muerte probable o confirmada por COVID-19. Las modificaciones se hicieron a los artículos 42, 43, 44; el párrafo primero del artículo 45; los artículos 46 y 47; y además se adicionó un segundo párrafo al artículo 1.
Con estas reformas y después de más de un año y medio sin rituales funerarios, ya se podrán realizar ceremonias fúnebres o velaciones a personas fallecidas con causa de muerte probable o confirmada por COVID-19 (SARS-CoV-2).
Es importante mencionar que estas actividades deberán tener una duración máxima de cuatro horas y se permitirá la asistencia de no más de 20 personas.
Los familiares podrán ver el cuerpo durante la ceremonia fúnebre o velación, bajo condiciones controladas de sanidad, sin establecer contacto físico de forma directa o indirecta con el cadáver, ni con instrumentos o superficies que tengan la posibilidad de estar contaminadas, tomando las precauciones de sana distancia y de higiene de manos después de haber visto al difunto.
Además, los cadáveres debidamente identificados y reclamados con causa de muerte probable o confirmada por COVID-19 (SARS-CoV-2), podrán ser cremados o inhumados, respetando siempre la decisión de los familiares o amigos más próximos.
Cabe señalar que independientemente de la causa de muerte de las personas se podrá llevar a cabo la ceremonia fúnebre o velación de cuerpo, observando las disposiciones que garantizan las medidas higiénico-sanitarias y de sana distancia en la sala donde se realice.
En el decreto se aclara que el Comité Técnico para el Control y Prevención del COVID-19 en Coahuila, así como los Subcomités Regionales, podrán modificar las medidas tomando en cuenta las circunstancias de cada región del estado y el mayor o menor riesgo de contagio.
La pandemia por el COVID-19 ha dejado en Coahuila más de 7,600 víctimas mortales. Hasta hace unos días, se impedía realizar velorios colectivos que permitieran sobrellevar el duelo. Las despedidas tenían que ser breves y en aislamiento, sin la posibilidad de decir adiós a la persona amada con un beso o un abrazo.