Poema sinfónico de Richard Strauss escrito en 1896. A pesar de haber sido popularizado por Stanley Kubrick en su film 2001 Odisea del espacio, este poema ha sido tan mal entendido como la misma obra de Friedrich Nietzsche de donde fue inspirado.
La monumental obra del filósofo alemán habla sobre un ser imaginario inspirado en el Zaratustra histórico fundador del Zoroastrismo, religión del Turquestán occidental entre el 1º y 2º milenio a.C. A través de su Zarathustra, Nietzsche medita sobre la crisis de valores por la que atraviesa la civilización europea, producto de su fanatismo religioso y científico. Al establecer que éste es, "un libro para todos y para nadie", Nietzsche trata de responder a esta crisis moral.
A pesar de ser una obra filosófica, debe considerársele como un poema en prosa, o incluso, como el mismo Nietzsche afirmara, una sinfonía. Es una obra compleja expresada en aforismos encriptados, imposibles de enfrentarse de forma literal. Incluso el mismo Nietzsche escribió más adelante líneas para tratar de explicar su "Also Sprach Zarathustra".
Quizá la idea central del libro sea una invitación a vivir el momento presente con sus gustos, disgustos, triunfos o derrotas, más allá de vivir con la expectativa de un mundo "mejor". En definitiva, es un reto a vivir intensamente.
Richard Strauss empezó a escribir su poema sinfónico en 1896. Para entonces, Strauss era ya considerado un compositor inconforme con las normas establecidas y por lo mismo autor de obras atrevidas y provocadoras. Con su opulenta orquestación, texturas musicales complejas y atrevidas armonías, logró tanto aplausos como críticas feroces.
Originalmente la obra fue llamada: "Optimismo Sinfónico a manera de Fin de Siglo, dedicado al Siglo XX", sin embargo lo cambió justo antes de su publicación, dejando el nombre textual de la obra nietzscheana. Romain Rolland, premio Nobel de Literatura en 1915 escribió sobre el poema: lo que Strauss trata de expresar con su música, es la imposibilidad del héroe por satisfacerse a sí mismo a través de la religión o la ciencia, confrontando el enigma de la naturaleza".
A partir de las ideas e imágenes del libro de Nietzsche, el poema sinfónico representa la búsqueda de lo que popularmente se llama "el sentido de la vida", cuando se enfrenta a un mundo natural indiferente e indiferente a la propia existencia corpórea y animal de la humanidad. La obra se divide en nueve partes interpretadas en tres momentos.
Las diferentes secciones fueron nombradas por Strauss a partir de los capítulos seleccionados del libro: La fanfarria inicial, lleva por título "Amanecer", y esta introducción es seguida por "De los trasmundanos", "Del gran anhelo", "De las alegrías" y "De las pasiones", "La Canción de los sepulcros", "De la ciencia", "El Convaleciente", "La Canción del baile" y "La canción del noctámbulo".
La obra termina aquí con un signo de interrogación: Por un lado, Strauss lleva a las flautas, violines, oboes y arpas a permanecer en la tonalidad de Si bemol, que representa al hombre. Los cellos y contrabajos por su parte se quedan a Do mayor, tonalidad que representa la naturaleza.
Esta disonancia o diferencia tonal nos hace pensar y meditar sobre nuestra ignorancia y pobreza…, al alejarnos de nuestra naturaleza. Así habló Zaratustra…, en un Suspiro.