Lo de Querétaro y Atlas no fue una pelea de barras: Hernán Cristante

Han pasado tres meses y medio desde aquel oscuro episodio en el estadio La Corregidora... Y Hernán Cristante no ha olvidado ni el más mínimo detalle.

Hoy entrenador del FC Juárez, el argentino recuerda lo sucedido en el partido entre el Querétaro (club al que dirigía) y el Atlas.

Y al escarbar en la memoria, tiene algo claro: "No fue una pelea de barras" lo vivido ese sábado.

"Es el momento más complicado de mi carrera. En Argentina, me había tocado vivir cosas con aficionados que nos amenazaron, pero -te digo la verdad- nada me causó tanta impresión como lo que pasó en Querétaro. Fue algo inaudito, y eso no fue una pelea de barras", sentencia.

Hernán agrega que fue testigo del miedo que experimentaron varias familias, por lo que él únicamente pensó en ayudar a cuantas personas pudo.

"Veía a padres con sus hijos golpeados y con sangre. Me decían ‘sálvenos, porque nos quieren matar’, y al ver la violencia más cerca, comenzamos a intentar separar y asistir a la gente que podías, sin importar la camiseta", relata. "Recuerdo los túneles llenos de gente. Tuve que abrir parte del vestuario y las oficinas".

Una de las imágenes que más recuerda el exguardameta es la de una chica que intentó proteger a su novio y terminó golpeada.

"Me acuerdo y me pongo mal... Hubo una chica que se lanzó sobre el novio para evitar que lo golpearan, y la golpearon a ella... En esos momentos, te sientes solo, fue un caos", lamenta. "Después, nos decían asesinos, nos amenazaron y vincularon con gente que no debían. Muchos se lavaron las manos y hoy, la gente que lo está pagando, no tiene la culpa".

Lo que lastima todavía más su corazón, al viajar a ese día.