Monclova

ESPECIAL: Cinco historias de migrantes, un solo propósito

Ellos no se conocieron aunque viven aún la odisea de sus vidas, con historias de terror, muerte, amor y esperanza

ESPECIAL: Cinco historias de migrantes, un solo propósito

ESPECIAL: Cinco historias de migrantes, un solo propósito

SERGIO A. RODRÍGUEZ

Tatiana Katherine Andrade Antúnez es una ingeniero en geología, tiene 41 años de edad y es madre soltera de una adolescente de 14 años que está en su natal Venezuela; Jean Carlos Gutiérrez Rojas es un joven soltero de 28 años de edad originario de Managua, Nicaragua; Isidro León, maestro con licenciatura en educación, maestría en docencia y doctorado en pedagogía, tiene 44 años y es venezolano; Dayerlyn Chanez Guzmán García, ama de casa de 20 años de edad y madre soltera de tres hijos, es de Honduras; y José Rodríguez es de Venezuela.

Ellos no se conocen pero compartieron la misma carpa de una iglesia que en Monclova les ofreció asistencia. Son parte de un contingente multinacional de más de 500 migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, huyendo de los 'demonios' de sus países, y en algunos casos de los 'demonios' de las naciones por las que cruzaron hasta llegar a México, a Coahuila y a Monclova, a 299 kilómetros de Ciudad Acuña, último objetivo para alcanzar su meta: cruzar el Río Bravo e ingresar al país de la bandera de franjas rojiblancas y estrellas blancas en un recuadro azul.

José Rodríguez tiene dos meses y medio de peregrinaje hacia el sueño americano, lleva recorridos tres mil 569 kilómetros en su viaje, y pernoctó, como otros 450 desplazados, en la iglesia La Vid, donde las policías Preventiva y estatales como la Civil de Coahuila (PCC) los escoltaron, asistieron y los ayudaron a llegar a la carpa del templo cristiano.

Otros 80 fueron llevados a otra iglesia de la misma congregación para brindarles la misma ayuda y atención.

Doctores especialistas, como podólogos, médicos generales, enfermeras y trabajadores de la salud, así como feligreses, voluntarios, trabajadores de los ayuntamientos de Monclova y de Castaños, del Heroico Cuerpo de Bomberos y Protección Civil del primero de los municipios, les dotaron ropa limpia, agua en regaderas para bañarse, sanitarios para sus necesidades fisiológicas y alimentos preparados -sin chile porque no comen picante- además de cartones para usarlos como improvisadas colchonetas, y también sábanas y cobijas para que pudieran dormir.

José, sorprendido por las atenciones, veía a los cientos de extranjeros centro y sudamericanos que deambulaban en el mega campamento hacia el comedor, al área de distribución de ropa, a las regaderas o a donde los doctores para chequeo y medicación, o a la capilla a recibir la Palabra de Dios durante el servicio del pastor.

Aquí el venezolano encontró un lugar temporal (para una sola noche) acogedor, lleno de amor, ropa y comodidades como no las había tenido en mucho tiempo, y sobre todo alimentos calientes y agua para asearse.

Más información en la edición web de mañana

Escrito en: Migrantes en Coahuila Migrantes tiene, llegar, edad, misma

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Monclova

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

ESPECIAL: Cinco historias de migrantes, un solo propósito