Hay productos que podemos consumir que ayudan a complementar la restauración y el cuidado de la microbiota. (ESPECIAL)
La flora intestinal o microbiota es un conjunto de aproximadamente más de cien trillones de bacterias que habitan nuestro intestino para llevar a cabo funciones nutricionales e inmunológicas, explica la nutrióloga clínica Ivonne Sanches.
Una microbiota dañada se traduce no sólo en síntomas incómodos en nuestro organismo, sino en una alteración en nuestra calidad de vida.
“Si tienes una flora intestinal dañada, vas a notar principalmente mucho malestar intestinal: gases, inflamación, estreñimiento, eructos y diarrea. También vas a notar cambios en tu sistema inmunológico, como alergias o enfermarte más seguido”, explica Sánchez.
Por el contrario, si está en orden este conjunto de organismos, en el cuerpo se nota una mejor digestión, las evacuaciones de la persona son en tiempo y forma, no hay inflamación y hasta la piel y el cabello lucen más sanos.
La vida sedentaria y la constante presión social provocan que la persona sienta más estrés o presión al realizar ciertas tareas del día a día y hasta adoptar hábitos que no son los más sanos para ellas, sin embargo, lo recomendable es observar nuestras rutinas y tratar de adoptar hábitos alimenticios mucho más sanos.
“La flora intestinal es súper delicada y se perjudica principalmente con los hábitos alimenticios: el exceso de alcohol, el consumo del tabaco y cuando nos estresamos. No hay un truco para curar la flora intestinal, pero lo que podemos hacer es cambiar esos hábitos, mejorar nuestra alimentación, consumir más fruta, vegetales, evitar el consumo de azúcar y refinados, y no estresarnos tanto”, asegura la nutrióloga.
Ayuda externa
Si bien el ser más conscientes de las actividades físicas que hacemos día a día y de los alimentos que consumimos resulta importante al momento de cuidar nuestra flora intestinal, hay productos que podemos consumir que ayudan a complementar la restauración y el cuidado de la microbiota.
“Hay alimentos probióticos y prebióticos. Las sustancias probióticas son las que ya tienen la carga de bacterias. El kefir, las kombuchas, algunas algas, tienen esta carga de bacterias buenas y ahí lo están reestructurando. Pero los alimentos prebióticos son los que le echan porra a los alimentos probióticos y principalmente vienen en el aceite de oliva, la cebolla, los espárragos, la espinaca, la manzana y el betabel. En conjunto, los probióticos y prebióticos hacen como todo el combo completo”, comparte Ivonne Sánchez.
Actualmente, en las farmacias o en mercados naturistas, hay una gran variedad de marcas que ofrecen probióticos en diferentes presentaciones.
Es importante que exista un buen recubrimiento de bacterias benéficas en nuestro organismo, de lo contrario, se pueden presentar alteraciones como irritación, síndrome del colon irritable, exceso de gases, inflamación abdominal, cólicos, estreñimiento y diarrea.
“No es una sensación agradable tener siempre un malestar intestinal. Si no atendemos este malestar, con el tiempo nuestro sistema inmunológico se va a debilitar y estaremos dando paso a bacterias patógenas que pueden alterar nuestra salud en general”, resalta la nutrióloga.
No obstante, aunque haya una buena alimentación y una recurrente actividad física, la edad puede ser un factor para que se altere el funcionamiento de la flora intestinal, por lo que es importante tomar precauciones conforme avancen los años.
“A mí me gusta compararnos con un coche. Cuando está el coche nuevo, pues tenemos todo en orden. Y conforme va pasando el tiempo, por más que le des los cuidados, aunque se pueda prevenir muchísimo, es normal que vaya disminuyendo su rendimiento, entonces sí es importante suplementar y mejorar los hábitos, empezando por reducir el estrés”, explica Sánchez.
HERRAMIENTA
Probióticos naturales
La nutrióloga Ivonne Sánchez recomienda dos alimentos para restaurar la flora intestinal:
Kéfir
Es un probiótico cremoso que tiene la posibilidad de prepararse en casa y fermentarse con la leche. Ayuda a reforzar el sistema inmunitario y a facilitar la digestión.
Tiene un alto contenido de probióticos y es rico en otros microorganismos como el fósforo, el magnesio, el calcio, la vitamina K y B, que ayudan a construir huesos y tejidos saludables que ayudan al proceso de obtención de energía de los alimentos que se consumen.
Kombucha
Reconocida comúnmente en tés, la kombucha es una bebida que se logra gracias al cultivo de bacterias, levaduras y el hongo kombucha. Es rica en cantidad de minerales, vitaminas y ácidos orgánicos esenciales.
Entre sus propiedades destaca la vitamina C, D, E y K, los ácidos orgánicos esenciales y minerales como el hierro, el potasio, el zinc, magnesio, cobre y calcio.