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Julián Carrillo, el creador del Sonido 13 que visitó Torreón en 1925

Comenzó a experimentar con el violín y buscó los sonidos adecuados entre los intervalos de las notas

(CORTESÍA)

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SAÚL RODRÍGUEZ

Su tumba es uno de los monumentos que conforman a la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón de Dolores, en Ciudad de México. Sobre la lápida, debajo de su nombre, se registra la leyenda “Sonido 13”, la máxima aportación que el compositor potosino Julián Carrillo (Ahualulco, 28 de enero de 1875) otorgó al patrimonio musical del país.

Carrillo, alumno de maestros como Melesio Morales, fue un científico sonoro interesado por las matemáticas y, además, el primer músico de su familia. Al recibir lecciones de violín, comenzó a experimentar con el instrumento y buscó los sonidos adecuados entre los intervalos de las notas correspondientes a la escala dodecafónica. Estas investigaciones sobre el microtonalismo le permitieron crear las bases para construir la teoría del Sonido 13.

La historia relata que, al emplear una navaja, consiguió hacer subdivisiones de tono en 16 sonidos entre las notas Sol y La, en lugar de únicamente el sol sostenido o la bemol de la notación tradicional. Consideró que ese hallazgo significaba una auténtica revolución en términos musicales al emplear octavos, dieciseisavos y hasta treintaidosavos de todo. Y aunque no le faltaron retractores que criticaron sus experimentos, su descubrimiento físico consiguió ser nominado al Premio Nobel de 1950.

Un gran músculo del pensamiento musical de Carrillo puede escucharse a través de la obra Preludio a Colón (1925). Se trata de una pieza de poco más de diez minutos de duración, en la que el microtonalismo se adueña de toda la partitura.

La primera gran presentación del Sonido 13 ocurrió el 15 de febrero de 1925. Carrillo reunió a un grupo de alumnos, junto a instrumentos modificados para poder ejecutar las tonalidades del Sonido 13, y organizó un concierto en el Teatro Principal de Ciudad de México. Luego, la agrupación recorrió el país en una gira que incluyó a San Luis Potosí, Linares, Monterrey, Saltillo y las ciudades laguneras de Durango y Torreón.

En tierra lagunera

“Hay gran entusiasmo por los conciertos del Sonido 13”, versa un encabezado publicado por El Siglo de Torreón el 25 de septiembre de ese mismo año, sobre los dos conciertos que el maestro Carrillo daría en la ciudad.

El maestro llegó a Torreón vía ferroviaria a las 17:15 horas del 29 de septiembre: En la estación fue recibido por una orquesta formada por la Unión Mutualista de Filarmónicos, quienes jubilosamente entonaron sonoridades y frases en su honor.

Ea misma noche realizó la primera presentación junto a la Orquesta del Sonido 13 en el desaparecido Teatro Princesa. El programa reveló el inicio del evento a las 20:30 horas e incluyó una conferencia dada por el compositor, donde explicó sus principales propuestas teóricas y la génesis de las mismas. Además, se realizó una demostración de sus ideas con cuartos, octavos, dieciseisavos y hasta treintaidosavos de tono a través de instrumentos especiales.

Respecto al repertorio musical, Carrillo y la Orquesta del Sonido 13, el lunes 28 se interpretó el Preludio a Colón, Ave María, Melodía, Preludio para Guitarra y “Tepepan” Escena Campestre. Mientras que el martes 29, el programa se nutrió con Preludio para Violonchelo, Preludio para Guitarra, Oh Salutaris y Hoja de Álbum.

La crónica relata que los conciertos en tierras lagunera tuvieron gran éxito. El gremio de músicos laguneros le entregó una medalla de oro a Carrillo y replicaron loas a sus descubrimientos. El maestro falleció el 9 de septiembre de 1965 en Ciudad de México. 

Escrito en: Sonido, Carrillo, Preludio, gran

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