Para capitalizar la caprinoculura que durante la sequía -que hace algunos años se originó- hizo que se sufriera una dramática disminución en el hato, la Dirección de Desarrollo Rural trabaja en un proyecto para la creación de un establo colectivo.
El proyecto iniciaría con seis productores del ejido San Antonio de Gurza, que contempla la instalación de salas de ordeña y corrales para cada caprinocultor con al menos 150 cabezas de ganado, cuya inversión se contempla en 1.3 millones de pesos
Se pretende replicar el modelo en las 109 comunidades ejidos y 19 localidades del municipio, pues hay que mencionar que en todos hay familias que se dedican a la actividad.
El director de la dependencia, Rogelio Gámez Estrada explicó que no se tiene una cifra exacta sobre el número cabezas de ganado que se tienen, pero mencionó que los caprinocultores manejan al menos 60 cabras criollas.
La actividad no ha podido crecer porque los productores trabajan de manera muy rústica, demeritando la calidad de la leche, por lo que no resulta atractivo para su venta.
En cambio la producción de cabritos es bien aprovechada por los "coyotes" que abusan de los caprinoculotres, que los obligan a comprometer por adelantado la producción a precios muy bajos.