Incertidumbre ha generado el escape de una prisión de Carolina del Norte, Estados Unidos, por parte de un recluso que no tuvo que usar ni la fuerza, ni las armas y ni siquiera un complejo plan elaborado con meses o años de anticipación.
Al sujeto le bastó fingir que era un visitante más del centro penitenciario de alta seguridad; se vistió como un civil más, tomó una postura de suma tranquilidad y pasó los filtros de revisión con toda la calma posible.
Uno de los guardias tuvo la ligera sospecha de que algo no andaba bien, por lo que decidió ir a revisar la identidad del intruso, lo cual ocurrió bastante tarde, pues el tipo al ver al agente se quitó sus prendas y salió corriendo a toda velocidad ya sin que nadie pudiera darle alcance.