Tradición que comparten vivos y muertos en el panteón

Con flores y arreglos multicolor, música, así como una gran afluencia de visitantes que caminan de un lado a otro entre tumbas y criptas, la tradición de celebrar el Día de Muertos se mantiene viva en los diferentes camposantos de Piedras Negras.

Una de las celebraciones emblemáticas de nuestro país, que pesé a la cercanía con Estados Unidos y su influencia con la "Noche de Brujas", se mantiene arraigada en ésta frontera, en donde además de visitar a quienes ya no están entre nosotros, permite el reencuentro de familias.

"Yo sé que la vida es corta, al fin que también la debo", se escucha cantar a un dueto norteño en medio del panteón municipal, acompañados de guitarra y acordeón, quienes interpretan la canción a petición de los familiares de quien descansa en el camposanto, mientras limpian la tumba y comienzan a decorarla con flores.

En Piedras Negras, la mayoría de los arreglos florales son artificiales, lo que genera una gran variedad de colores que dan vida al lugar y decoran las frías lápidas o las sencilla tumbas, inclusive los mausoleos.

Una celebración que también da origen a diversos oficios como la limpieza del área y el retoque de las letras en las tumbas.

En el exterior del panteón, metros antes de llegar a las entradas principales, puede vivirse una verbena popular, donde los visitantes pueden adquirir los arreglos florales e inclusive encontrar diversos alimentos para aguantar el apetito antes de la comida.

Se pueden encontrar desde las gorditas, los tacos, hasta los tamales en hoja de plátano, las frituras con salsa, pasando por bebidas refrescantes e inclusive la nieve y paletas de hielo.

En ésta celebración no hay distinción, todos acuden con el mismos fin, visitar a su familiares que partieron de éste mundo, así como a reunirse con la familia para convivir, recordar y volver a vivir las experiencias compartidas con quienes fallecieron, pero permanecen vivos en esta milenaria tradición.