Persiste discriminación de mujeres indígenas
Luego de que efectuara un diagnóstico sobre dos comunidades indígenas en Coahuila, fue determinado que aún existe discriminación hacia las mujeres por parte de los integrantes de las etnias, en donde las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres como lo es trabajar, estudiar, así como decidir acerca de su sexualidad.
El Diagnóstico de la Situación de las Mujeres Indígenas en Coahuila, elaborado por la Secretaría de la Mujer, reveló que aún existen prácticas de desigualdad de género en las tribus Kikapú y de los Negros Mascogos, las cuales habitan en el municipio de Muzquiz.
De acuerdo a lo que se determinó es en la etnia de los Negros Mascogos que el 52 por ciento de los casos en que las mujeres están unidas a una pareja, donde no se les permite trabajar.
De las 105 mujeres encuestadas, solo 27 de ellas dijo trabajar con un ingreso. Por otro lado el 29 por ciento de las encuestadas mencionó recibir golpes por parte de su pareja.
El mayor porcentaje detectado mencionó que las agresiones son normales y no es tan grave.
Sobre el grado escolar que presentan las mujeres encuestadas, los resultados son que 33 terminaron la primaria; 27 están con primaria incompleta; 23 con secundaria sin terminar; 18 terminaron la secundaria y solo 4 cuentan con una preparación técnica o comercial.
Por lo que corresponde a la tribu Kikapú el factor principal que justifica la discriminación contra la mujer, son las creencias ancestrales para con las mujeres.
Se dio a conocer que para las mujeres Kikapú, está prohibido hablar con gente ajena a ellos y más aún si el tema es sobre sus tradiciones o costumbres; por lo que no se obtuvo información específica al respecto.
Ante esto se dio a conocer que los casos de violencia en la pareja son difíciles de comprobar por varias razones; la primera, el impedimento que tienen para que gente ajena a ellos entren a la aldea, lo que hace que la violencia contra las mujeres se convierta en un problema privado de cada mujer y no se detecte.
Otra señal de discriminación es argumentada bajo su cultura, ya que el hombre es el que manda y la mujer es la que obedece, lo que justifican en apego a sus usos y costumbres.
Por último dentro de sus creencias religiosas existe una práctica a la que ellos y ellas le llaman ayunos que sirve para purificar los pecados y va dirigida a las mujeres.