En una semana, se han registrado al menos 3 microsismos en la CDMX.
Una de las preguntas que más se han hecho los capitalinos los últimos días es: "¿por qué está temblando tanto en la Ciudad de México?", y es que los enjambres sísmicos pueden durar días, semanas e incluso meses, sin embargo, estos, eventualmente se detendrán, aunque podrían dejar a su paso un nuevo volcán.
Fue apenas en el 2021 que expertos como Carlos Valdés González y Denis Xavier Francois Legrand, investigadores del Instituto de Geofísica (IGf), habrían declarado en conferencia con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que era esencial monitorear el enjambre de sismos que ocurrían en Michoacán. Tan sólo en ese año, se registraron 242 en el estado.
Y es que, en 1943, un corresponsal informaba, a través de un telegrama, que "reventó un volcán que ha empezado a arrojar humo".
EL VOLCÁN PARICUTÍN
Se trataba del nacimiento del volcán Paricutín, en Michoacán, que comenzó a tener actividad el 20 de febrero de 1943, tomando desprevenidos a los pobladores de la zona.
"Ampliando mi información de ayer sobre el volcán que apareció a cinco kilómetros de Parangaricutiro, Michoacán, y que en plena actividad ha estado arrojando humo y fuego hasta obscurecer esta ciudad, debo agregar que los habitantes del pueblo siguen evacuando éste rápidamente y que la presidencia municipal obligó anoche a los camioneros a ayudar al traslado del vecindario", decía el telegrama enviado a esta casa editorial.
No obstante, a pesar de que los enjambres sísmicos son un precedente para la aparición volcánica y que incluyen actividad de la magma, "para que ocurra una erupción volcánica o el surgimiento de un coloso, se requiere actividad sísmica, deformación del terreno, emisión de gases, manifestaciones hidrotérmicas y alteraciones visibles", explicó Valdés González.
LOS ENJAMBRES SÍSMICOS
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), se trata de un terremoto que no sigue con la secuencia de principal-réplica de uno normal, sino que siguen varios cerca del más fuerte.
Según el USGS, estos microsismos van disminuyendo su intensidad en un período que va desde semanas hasta décadas. Sin embargo, no siempre el más fuerte es el primero en suceder, a veces pueden ser cortos primero y a la mitad aparecer el mayor.
"La designación de 'enjambre' se aplica normalmente cuando observamos relativamente muchos terremotos dentro de un área relativamente pequeña, que simplemente no se ajustan al patrón de una secuencia de terremoto principal-réplica", señala el Servicio Geológico.
Otro aspecto importante que señala el USGS, es que no siempre es magma lo que produce los enjambras sísmicos, sino que en ocasiones también se puede tratar de agua, lo cual podría no ser precisamente mejor, pues este líquido corre con más facilidad por las rocas, a diferencia del magma que necesita espacios más amplios para moverse.