Menores padecen trastornos emocionales por obesidad
Las consecuencias inmediatas de la obesidad en menores van más allá de afecciones físicas, ya que pueden alterar las conductas emocionales, con trastornos a la personalidad, depresión y ansiedad.
Las consecuencias inmediatas que presenta un niño con obesidad son alteraciones a nivel óseo, en caderas problemas respiratorios, amnea del sueño, incluso pueden desarrollar asma.
Las consecuencias a largo plazo por el exceso de grasa corporal pueden presentar alteraciones de los lípidos y colesterol.
Además la grasa se deposita en las arterias, lo que puede provocar problemas cardiovasculares, infartos, presión alta, intolerancia a la glucosa, es decir, resistencia a la insulina por lo cual las células no responden y eso lleva directamente a la diabetes.
La obesidad en un 90% es exógena, es decir, por malos hábitos alimenticios con gasto menor de energía.
En el niño, a diferencia de los adultos , no se busca revertir la obesidad, ya que es un ser en crecimiento y durante ese periodo llegará un momento en el que su índice de masa corporal se normalizará. Por ello, se busca cambiar sus hábitos alimenticios e incrementar la actividad física.
El problema de la obesidad puede perdurar. Los niños de cinco años en 25%; de ocho años 40% y en los adolescentes, el que es obeso lo seguirá siendo en la edad adulta en un 80%, con lo cual se condenan a padecer cierto tipo de enfermedades que van a disminuirá la calidad de vida y probablemente la sobrevida.