A pesar de que la banda se ha
mantenido activa hasta la fecha con algunas giras, un documental durante los conciertos y festejos del campeonato de los Cachorros de
Chicago y una canción nueva que pasó desapercibida
por ajenos y fanáticos,
Lighning Bolt (2013) no deja
de ser su material de estudio más reciente, que cumple seis años este octubre.
Su álbum homónimo
del 2006 había vuelto a las
raíces de la banda, sin embargo, Backspacer (2009)
delató algo de monotonía
y poca originalidad. Cuatro años después, comenzó una campaña con publicidad engañosa y se
creó una leve expectativa
entre los fanáticos. En
septiembre del 2013, con
la salida del primer sencillo “Mind Your Manners”,
se anunciaría la publicación
de noveno álbum de estudio:
Lighning Bolt.
En esta entrega podemos
destacar, sobre todo, el increíble trabajo de producción por
parte de Brendan O’Brien en
donde escuchamos canciones
bastante sólidas, con un sonido natural, accesible y amable para cualquier oyente.
También se destaca la influencia del Rock n’ Roll clásico y ciertos destellos de psicodelia que se vislumbran en
algunas canciones.
El álbum nos presenta un
Pearl Jam fresco, renovado y
que experimenta sin salir de
su concepto original. El disco procura tocar todas las
emociones del ser humano,
pues tiene canciones de rabia, de amor, de soledad y de
nostalgia.
Los primeros tracks, “Getaway”, “Mind Your Manners” y
“My Father’s Son” son canciones llenas de coraje, las primeras dos, con fundamentales líneas en el bajo de Jeff Ament,
critican el escenario político
del mundo, mientras que la
tercera, es otra carta de odio
de Eddie Vedder a su padre.
“Sirens” fue seguramente
la canción más destacable de
este álbum, en la cual,
Vedder nos regaló otra de las
baladas más emotivas y desagarradoras que volvió a poner al grupo en el reflector de
los medios internacionales.
Algunas canciones como
“Lightning Bolt” y “Let the
Records Play” destacan por
su sonido apegado al rock
clásico y el trabajo de Mike
McCready con riffs y solos
inolvidables. Además, en la
primera de estas, encontramos una bellísima metáfora
del amor y sus contrastes.
“Pendulum” y “Yellow Moon” exponen ciertos rasgos de
psicodelia por sus sonidos experimentales y las letras que
echan a volar la imaginación.
El disco concluye tradicionalmente, como otras entregas de Pearl Jam, con una
balada semi acústica: “Future Days”. Es una canción al
amor que lucha, que sufre,
que cae y que prospera.
Por último, todo el arte conceptual del álbum es uno de los
aspectos más novedosos y estéticos, pues su diseño tiene mucha simetría, colores elegantes
y atractivos desde la portada,
hasta en el interior del librillo
con las letras y los créditos.
Lightining Bolt es una
producción entretenida en todos los sentidos posibles. Todo su arte es dinámico y en
muy pocos momentos baja su
intensidad o su calidad como
entrega de Pearl Jam.