La máxima de esta vez, escrita por Sor Juana para su personaje Hernando, de la comedia Los empeños de una casa, surge muy vinculada a la trama ya que se escucha –o se lee– como colofón del intercambio de parlamentos entre él y don Rodrigo, padre de doña Leonor, protagonista femenina que ha vivido una aventura nocturna que sin que haya llegado a mayores consecuencias, se considera que ha puesto en riesgo su honra y la de su padre. Esto, la honra, es el “mal” que menciona el personaje secundario Hernando.
El remedio al que se refiere Hernando es que don Rodrigo case a doña Leonor con don Pedro. Como dice el amigo del padre de Leonor, para que dicho remedio evite que se divulgue la inocente aventurilla de la protagonista y que ya divulgada, de lugar a habladurías, calumnias, difamaciones que una vez dichas, aunque se desmientan, significan deshonra.
La máxima de La Americana Fénix que aquí se comenta, también puede tener aplicación en situaciones menos –o nada– novelescas o teatrales, más del mundo terrenal y cotidiano. Para usar un ejemplo bastante simple, el adagio se puede referir a quien presenta algún padecimiento de la salud, mal que se querría evitar que se extendiera en el cuerpo del enfermo o en el de un grupo humano. En esta circunstancia, por supuesto, la palabra “publique”, de la máxima dicha por Hernando, se debería entender como propagar, trasmitir o generalizar.
Como se ve, esta máxima extraída de una comedia escrita por la Décima Musa, como muchas de las por ella concebidas, es fácilmente transportada a la cotidianidad. Frecuentemente se presentará la ocasión de sentenciar: Sor Juana dice: “el remedio es bien se aplique / antes que el mal que pasa se publique”.