México

El largo camino de la Consumación de la Independencia de México

El levantamiento de Dolores dio inicio a una lucha que duró varios años

Le sucedería en la lucha el también sacerdote José María Morelos y Pavón quien redactó en 1814 los Sentimientos de la Nación.

Le sucedería en la lucha el también sacerdote José María Morelos y Pavón quien redactó en 1814 los Sentimientos de la Nación.

GENARO CERVANTES

Hoy 27 de septiembre se conmemora el 202 Aniversario de la Entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, acontecimiento que selló la Consumación de la Independencia nacional tras una larga lucha iniciada el 16 de septiembre de 1810.

La relevancia de la fecha ha quedado perdida por el ostracismo dirigido contra Agustín de Iturbide, quien se convertiría en el primer emperador del México independiente y posteriormente sería fusilado debido a la agitación política que afectó al país hasta la segunda mitad del siglo XIX.

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

Tras el levantamiento de Dolores en septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, junto a los primeros líderes independentistas inició una campaña contra el dominio español, pero al ser derrotados y en su retirada a Estados Unidos fueron capturados, tras ser juzgados fueron ejecutados en 1811 y sus cabezas fueron colocadas en exhibición en la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato hasta 1821, documenta el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

Le sucedería en la lucha el también sacerdote José María Morelos y Pavón quien redactó en 1814 los Sentimientos de la Nación, la primera constitución política del México independiente, según retoma la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

A las filas de Morelos y Pavón se unió Vicente Guerrero, quien tras la captura y fusilamiento del llamado "Siervo de la Nación" en 1815, tomó el liderazgo de la insurgencia e inició una campaña de guerrillas que se extendería hasta principios de 1821, cuando entró en conversaciones con el entonces líder de las tropas realistas Agustín de Iturbide.

Iturbide había sido nombrado Comandante en Jefe de los Ejércitos del Sur para atacar a los rebeldes de Guerrero luego de que el virrey Ruíz de Apodaca reconociera en mayo de 1820 la Constitución de Cádiz con la que el clero y el ejército perderían sus privilegios.

PLAN DE IGUALA

La documentación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) señala que el futuro emperador se estableció en Teloloapan y en febrero de 1821 logró establecer comunicación con Vicente Guerrero. Ambos tuvieron un encuentro en Acatempan, poblado en el estado que hoy lleva por nombre el apellido del líder independentista, y juntos acordaron proclamar el Plan de Iguala bajo los principios de las tres garantías, "Religión", "Independencia" y "Unión".

El académico Eduardo Adán Orozco Piñón, autor del artículo "La campaña militar del EjércitoTrigarante en el centro de la Nueva España" publicado por la UNAM señala que los elementos rectores del texto contemplaban a la religión católica como la única que sería tolerada; México sería una nación gobernada por una "monarquía moderada y constitucional" como la de Fernando VII; y habría unión entre sus habitantes, tanto europeos como americanos.

"Al frente de un ejército valiente y resuelto he proclamado la independencia de la América Septentrional. Es ya libre, es ya señora de sí misma, ya no reconoce ni depende de la España ni de otra nación alguna", reza el Plan de Iguala.

CONSTITUCIÓN DEL EJÉRCITO TRIGARANTE Y CAMPAÑA

La lucha del Ejército Trigarante inició con apenas cinco mil hombres, la mayoría del bando insurgente, en marzo de 1821 sobre lo que hoy es Guerrero y luego se extendió por la periferia del país a los actuales estados de Michoacán, Morelos, Guanajuato, Estado de México, Veracruz, Puebla y Querétaro hasta finalmente incursionar en los alrededores de la Ciudad de México.

Mientras tanto, como documenta Serafín Ortiz Ortiz en su investigación "La entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México a través del diario político militar mexicano" provincias de la Nueva España como Oaxaca, Saltillo, Monterrey y Zacatecas tuvieron presencia de miembros del Ejército Trigarante con lo que al paso de los meses fueron declarando su adhesión al Plan de Iguala.

A las fuerzas rebeldes les tomó menos de un año tener "el camino libre" a la capital. Gracias a las negociaciones con los mandos realistas, a los rebeldes se les sumaron las figuras de Anastasio Bustamante y Antonio López de Santa Anna, que hasta entonces habían combatido a la insurgencia y luego fueron clave en las operaciones del Ejército Trigarante.

Por ello, previo a la toma de la Ciudad de México, Iturbide se entrevistó con el recién nombrado jefe político Don Juan O'Donojú, cargo que sustituía el nombramiento de virrey tras la aceptación de la Constitución de Cádiz en España, a mediados de agosto en Veracruz.

Ahí se firmarían los Tratados de Córdoba, que si bien no fueron aceptados por la monarquía española, lograron consolidar el Plan de Iguala con la modificación que luego le daría la oportunidad a Iturbide de ser emperador al solo requerirse la aprobación de las Cortes del Imperio Mexicano, como detalló en su investigación Orozco Piñón.

ENTRADA DEL EJÉRCITO TRIGARANTE

Ortiz Ortiz apunta en su investigación que las tropas independentistas comenzaron a rodear la capital a principios de agosto "la expectativa entre la tropa y los oficiales trigarantes era grande", y que si bien el comandante Francisco Novella trató de fortificarla, la población temía pues desde el avance de Miguel Hidalgo, la ciudad no se había visto afectada por la guerra.

A mediados de septiembre, O'Donojú logró negociar con Novella la salida de las tropas españolas de la capital, mientras Iturbide retrasó la entrada del Ejército Trigarante, según dichos por ser el día 27 cuando cumplía 38 años.

Previamente, la prensa simpatizante de la causa libertadora comenzó a animar la población a recibir con júbilo a las tropas y auxiliarlos con vestimentas, resaltando que la entrada a la ciudad se daría de forma ordenada y pacífica, sin derramamiento de sangre. Contrario a como lo habían comunicado las autoridades españolas.

Serafín Ortiz señala que previo al arribo del Ejército Trigarante, Vicente Filisola, un militar español simpatizante de Iturbide llegó el 24 y dos días después (el 26) lo hizo O'Donojú, quedando pendiente solo la entrada del ejército independentista.

Finalmente, llegado el día 27, el Ejército Trigarante, conformado por más de 16 mil libertadores, pudo ingresar triunfante por la mañana a la Ciudad de México.

Una descripción documentada por Ortiz Ortiz señala que las vías principales se adornaron con los colores verde, blanco y rojo; se colocó un arco triunfal y el futuro emperador, Agustín de Iturbide iba vestido "modestamente" sobre un caballo ricamente enjaezado; a su cruce se repitieron vivas. Posteriormente se realizó una misa en la catedral metropolitana y luego se instaló el jefe del Ejército en el palacio virreinal desde donde dedicó parte del siguiente mensaje:

"Mexicanos: ya estáis en el caso de saludar a la patria independiente como os anuncié en Iguala… Ya sabéis el modo de ser libres, a vosotros os toca señalar el de ser felices".

Al día siguiente, el 28 de septiembre se redactó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, la cual como documenta el Archivo General de la Nación (AGN), fue firmada por 38 aristócratas seleccionados por Iturbide y que constituían la Soberana Junta Provisional Gubernativa.

De las dos copias redactadas ese día, una se perdió en un incendio en el año 1909 y la otra fue sustraída en 1830 y tras una larga travesía volvió a México hasta 1961, cuando una familia noble española la entregó por voluntad testamentaria de Florencio Gavito Bustillo, al presidente Adolfo López Mateos.

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