La fuente y la estatua del pensador de la Alameda Zaragoza de Torreón fueron construidas en la gestión de Nazario Ortiz Garza como alcalde, inaugurándose el 20 de agosto de 1926. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La Fuente del Pensador, ubicada en la Alameda Zaragoza de Torreón, innegablemente es un emblema de Torreón y estos días se encuentra de fiesta, pues acaba de cumplir 97 años de haber sido inaugurada.
Como lo describió el extinto cronista de Torreón, el doctor Sergio Antonio Corona Páez, la Fuente del Pensador es punto de encuentro tanto en los triunfos del Santos Laguna como para actos culturales o sociales y movimientos políticos.
La fuente y la estatua del pensador de la Alameda Zaragoza fueron construidas en la gestión de Nazario Ortiz Garza como alcalde, inaugurándose el 20 de agosto de 1926, según el libro Efemérides de la historia de Torreón, de Ilhuicamina Rico Maciel.
Esto, en el marco del "hermoseamiento" de la Alameda, concluido en 1928, en la segunda gestión de Ortiz Garza, y que incluyó una balaustrada de cemento coronada de jarrones, arbotantes con globos de vidrio; camellones a los cuatro costados y la pavimentación de las avenidas y calles que llegaban hasta ella; la elevación de los andadores interiores; fuentecillas alrededor del kiosco, algunas esculturas, la fuente donada por el señor Aurelio Anaya, que se encontraba en el ángulo suroeste; el lago Coahuila con las bombas eléctricas para mover el agua hacia la fuente y para el riego.
La Fuente del Pensador fue construida como remate y cabecera del "boulevard Morelos", que se extendía desde el centro de la Alameda sobre la calle González Ortega, hasta la calle Múzquiz, donde existía un obelisco. En cada cruce había jarrones o esculturas alegóricas.
HISTORIA Y PRECISIONES
Aunque se ha atribuido la escultura original en la que se basa la lagunera a François-Auguste-René Rodin, en realidad es obra de Miguel Ángel Buonarroti, quien la realizó para la tumba de los Médici, en la Basílica de San Lorenzo, en Florencia.
La persona representada es Lorenzo II de Médici, uno de los miembros menos relevantes de la dinastía florentina, y sobrino del Papa León X, quien despojó al duque de Urbino de sus dominios para dárselos a Lorenzo, con los títulos de duque y de general de los ejércitos pontificios, además de casarlo con una condesa francesa, Magdalena de la Tour Auvergne, con quien engendró a Catalina de Médici, reina de los franceses, consorte de Enrique II, y madre de los reyes Francisco II, Carlos IX y Enrique III.