El especialista en psiquiatría, Cristhian Arellano. (PENÉLOPE CUETO)
El ser humano se enamora con el cerebro y no con el corazón, bioquímicamente hay 29 áreas cerebrales y diez sustancias neuroquímicas que tienen relación con este proceso, que llevan a las personas a ver las cosas de una manera exagerada y a atravesar por lo que fue denominado por Platón como “un estado de locura divina”, señaló el especialista en psiquiatría, Cristhian Arellano Troncoso.
Explicó que durante esta fase hay una elevación de una sustancia llamada dopamina, que es precisamente la generadora de la psicosis y de enfermedades como la esquizofrenia.
“La elevación de la dopamina provoca un bloqueo del área frontal cerebral encargada de mantener el juicio. Cuando nos enamoramos, prácticamente estamos desjuiciados, hacemos cosas que en un estado normal no haríamos y, cuando se recobra la cordura, es porque el amor ha muerto”, indicó.
Visto desde el ámbito de la psicología es un espejismo, una fase de proyección, de adoración e idolatría en el que se observa en la otra persona lo que se desea tener.
El enamoramiento siempre inicia a través de los sentidos, expuso el médico, tras agregar que la vista y el olfato son los que principalmente provocan un incremento de las diversas sustancias bioquímicas, pero sobre todo de feniletilamina, una especie de anfetamina que a su vez activa la secreción de la dopamina, conocida como el neurotransmisor implicado en las sensaciones del deseo y que genera la necesidad de repetir aquello que proporciona placer.
Aclaró que la elevación de estas sustancias no puede durar toda la vida y entonces el organismo genera un estado de contraregulación para regresar a la persona a su estado habitual y para transcurrir del enamoramiento al apego, o a la ruptura en la relación.
“En este momento se apaga la chispa y desparece la magia pero la relación puede continuar desde una perspectiva más tranquila”, indicó.
A decir del Arellano Troncoso, el peor momento para tomar decisiones es cuando la persona se encuentra enamorada, porque no hay claridad en los juicios y no se piensa correctamente, lo ideal es esperar a que transcurra esta fase para entonces decidir correctamente.
Sostuvo que en la relación de pareja son indispensables los acuerdos y contratos que se deben respetar y renovar cada vez que sea necesario, y desde una perspectiva en que ambas partes se vean beneficiadas, pero para llegar a ello es necesario haber superado la etapa inicial.
Cristhian Arellano Troncoso ejerce la psiquiatría en instituciones públicas y privadas y ha sido catedrático de diversas facultades y escuelas en la ciudad.