Torreón

Vendimia, limpieza energética y bailes en Plaza Mayor

Desde temprana hora se comenzó a llenar la plancha del zócalo torreonense.

Desde temprana hora se comenzó a llenar la plancha del zócalo torreonense.

SERVANDO MARTÍNEZ

Desde temprana hora comenzaron a llegar a la explanada de la Plaza Mayor, turistas y laguneros que esperaban con ansia la llegada del fenómeno astronómico.

Aunque lento, el llegar de la gente conforme se fue acercando la hora que marcaban como la parte más importante del eclipse, se comenzó a llenar la plancha del zócalo torreonense.

El despliegue de los cuerpos de seguridad tuvo presencia en cada punto cardinal de la plaza, oficiales de las diferentes corporaciones, municipales, estatales y federales, estuvieron al pendiente de que todo se desarrollara con armonía antes, durante y después del eclipse solar.

Tendedero de lentes se instalaron en una área para que los asistentes que no traían lentes o algún otro medio para observar el eclipse, pudieran apreciarlo, pero minutos bastaron para que de pronto, ya no estuvieran, de a poco se los fueron llevando, para disgusto de los que no pudieron ya tener el privilegio de poder usarlos.

La vendimia se encontraba a plenitud, los de la nieve de garrafa y raspa, los ambulantes con juguetes para los niños, el algodón de azúcar, los burritos de hielera, galletas, los chamanes que limpiaban energías aprovechando el eclipse solar y la renovación de la vida; hasta un puesto de vacunación de la secretaría de Salud, que algunos aprovecharon para llevar a los más niños, que lloraban al ver jeringa. No podía faltar el tradicional vaso de fruta con chile. Los negocios que acompañan en su alrededor a Plaza Mayor, lucían abarrotados, desayunos, principalmente lo que más se buscaba.

Conforme se acercaba el medio día, lucía abarrotada la Plaza Mayor, ya era más evidente ver a la gente con las gafas o filtros volteando a ver el sol, las cámaras, celulares y telescopios, desde los más sencillos, hasta algunos con un cuerpo profesional.

Visitantes de Chile, Japón, Costa Rica, Estados Unidos, Italia, Suiza y Canadá; más los centenares de connacionales que decidieron venir (al mejor lugar para apreciarlo, dicho por la NASA) para ser testigos del momento en el que el sol cede su magnificencia a la luna, que por minutos, abrazó a la Comarca Lagunera, para ser admirada por unos instantes.

Las filas se hacían largas para poder observar el eclipse en los telescopios que se instalaron, también para tomarse la foto en el escenario que se montó para que atestiguara el recuerdo de la visita a Torreón.

"Antes de que se haga más tarde y nos agarre en el camino, vámonos a la Alameda, que está solo allá", se escuchó la voz de una mujer a personas que la acompañaban; quería salir de la multitud para apreciar el momento histórico en un lugar, por lo comentado, más tranquilo y sin tanto bullicio.

OVACIÓN EN EL MOMENTO CUMBRE

Por fin, el momento que todo mundo esperaba, comenzó a sentirse una atmósfera diferente, el nublado, que en teoría arruinaría el evento, se empezó a apreciar distinto, ya no eran simples nubes tapando los rayos del sol, era la sensación del término del día, a la mitad del mismo.

El barullo comenzó a hacerse menos notable, ya todos ponían atención, una extraña sensación se sentía en el cuerpo, era el momento apocalíptico, comenzó a hacerse de noche, los asistentes en Plaza Mayor comenzaron a vitorear de alegría, el satélite natural de la tierra, hizo que se hiciera de noche, tras la ovación, las luces de la plaza mayor se encendieron, la gente abucheó, pero volvieron a mantenerse quietos en el clímax del eclipse.

La luna se retiró, y otra vez la iluminación natural llegó, la gente volvió a gritar de júbilo; las fotos regresaron, las llamadas a la familia, a los amigos y mensajes de voz: "Wey, ya se acabó, se vio con madres", dijo la joven con acento sureño.

Todo inicio tiene un fin, instantes después de que culminará la fase más importante del eclipse de sol, la gente, en su mayoría, comenzó a dejar la Plaza Mayor, se retiraban a continuar su día.

Para los que se quedaron, hubo un momento donde el encargado del audio puso música y el lagunero, nacido para bailar, no perdió la oportunidad de seguir la fiesta y sacar la coreografía de payaso de rodeo y no rompas más, así como las cumbias que sonaron de Apache y Los Capi.

De a poco murió la afluencia de personas, el sol ya calaba, había que buscar refugio, era un nuevo astro rey, el era el sol del ocho de abril, el día que la Comarca Lagunera vio amanecer dos veces.

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Escrito en: plaza mayor Eclipse solar total Plaza, comenzó, momento, eclipse

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